El pasado 20 de diciembre se dieron a conocer las cifras del Secretariado Ejecutivo (SESNSP) del mes de noviembre, con ellas se puede analizar el año completo de la actual administración. De acuerdo con el SESNSP, las víctimas de homicidio doloso y feminicidio al 30 de noviembre de este año sumaron 32 mil 604. Si consideramos un promedio mensual de cerca de 3 mil delitos de este tipo, el 2019 prácticamente cerrará como el año más violento en el país desde que se tenga registro, con una cifra superior a los 35 mil.

Este es una cifra muy elevada, aunque el lado positivo es que en 2019 el crecimiento de este tipo de delitos no se incrementó de la misma manera que años anteriores. En el periodo diciembre 2018-noviembre 2019, aumentó 3.75% (el año de gobierno que lleva López Obrador), comparado con el 18.02% y el 28.38% del mismo periodo de 2016 y 2017. Si bien se frenó de manera importante el crecimiento, es necesario que en el próximo año la tendencia vaya a la baja y el número de homicidios se reduzcan paulatinamente.

El 2019 vio el reclamo de las mujeres en las calles demandando una mayor seguridad. Hubo razones justificadas para protestar. De acuerdo con las carpetas de investigación del SESNSP, los delitos de violación (simple y equiparada), hostigamiento sexual y acoso sexual, se incrementaron durante el primer año de la presente administración 11.7, 18.3 y 53%, respectivamente. En 2020 se requiere de estrategias de atención focalizadas para este grupo y especialmente en la agilización de las denuncias. Las protestas solo vieron respuesta a nivel legislativo en la CDMX, con la publicación de 11 acciones para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia en la gaceta oficial. Se requiere la atención de todos los gobiernos estatales, especialmente de aquellos que tienen el mayor número de delitos.

En este año se presentaron eventos que no abonaron a mejorar la percepción de seguridad, como los hechos de la liberación de un presunto narcotraficante en Culiacán, la terrible tragedia de la familia Lebarón en Bavispe, Sonora, y el ataque contra la presidencia municipal de Villa Unión, en Coahuila. Estos eventos deterioran la confianza en las instituciones de seguridad y en la estrategia que actualmente el gobierno está implementando. Es de suponer que este tipo de eventos, lamentablemente seguirán ocurriendo, por lo que para el siguiente año se requiere mejorar la respuesta de las autoridades y evitar que estos hechos queden impunes. Además, es necesario mejorar la comunicación de parte de las autoridades para tener respuestas rápidas sobre los sucesos y evitar la propagación de fake news.

En este año también vimos la extinción de la Policía Federal y el inicio del despliegue de la Guardia Nacional (GN). Se espera que la Guardia cubra 266 regiones con 150 mil efectivos que estarían repartidos en todo el territorio nacional. El Gral. Luis Rodríguez Bucio ha encabezado la conformación de este nuevo cuerpo de seguridad y ha hecho una labor destacada. El reto para el próximo año será incrementar el reclutamiento para que se traduzca en un mayor número de efectivos, además de cubrir más regiones y focalizar la presencia en los lugares con mayor incidencia delictiva. Esto requerirá del compromiso de las administraciones estatales y municipales, por mejorar sus policías, ya que será imposible que este nuevo cuerpo de seguridad solucione la problemática por sí solo. El 2020 también requerirá del apoyo de toda la ciudadanía para hacer un mejor país, uno más seguro.
Feliz año para todos los lectores.

* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@arturoavila_mx

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