“La talavera no es que sea una simple pieza pintada a mano, yo siento que es una pieza con historias; al comprar una, las personas se llevan una historia plasmada”, así es como el artesano Raúl Calvario, originario de Puebla, describe la pasión por el oficio que ha trabajado desde hace 26 años.

Entrevistado para 24 Horas Puebla en Talavera Poblana, recuerda que su gusto por fabricar talavera nació cuando un día, en vacaciones, su tío lo invitó a trabajar en ello, en una casa donde quedó impactado por el proceso que al mismo tiempo lo llenó de amor y entusiasmo.

“Me gustó y es como el tiempo pasó y ya llevo 26 años trabajando en esto y sigo aprendiendo; en la talavera nunca se deja de aprender, a veces te piden formas diferentes, y se intenta y lo hacemos, eso es algo que a mí me ha gustado”, recalco Raúl.

El artesano celebró que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) haya nombrado a la talavera de Puebla y Tlaxcala, como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, pues es un trabajo que lleva historia, amor y dedicación de las personas que se dedican en este oficio.

El artesano relató que lo primero para fabricar talavera es contar con la materia prima: el barro, agua y las manos. Así es como va observando la transformación de una verdadera obra de arte, con la ayuda de un molino giratorio.

El artesano precisó que las personas que más se interesan por las piezas de talavera son los turistas extranjeros, pues lo exportan a otros países para mostrar las bellezas que los poblanos podemos hacer: “Se llevan parte de nosotros, de Puebla y de México, eso a mí me enorgullece mucho”.

Calvario recalcó que antes de iniciar la fabricación de talavera debe cumplir con lo establecido por el Consejo Regulador de Puebla para poder conservar los colores tradicionales: azul fino, verde, naranja, amarillo y negro. El periodo para avalar una pieza terminada es de dos meses.

Además, se revisa que las piezas cuenten con dos clases de barro: blanco y café, los cuales deben ser mezclados en partes iguales, tal como se hizo a principios del siglo XVIII.

Más tarde, se deben separar las impurezas de la mezcla barrosa, e inducir un proceso de evaporación de hasta tres semanas, para poder obtener un barro manejable y de calidad.

“Una vez que el barro ya está preparado, hay que darle forma con las manos, con el corazón”, para posteriormente entrar a un proceso de secado durante 3 semanas en la sombra para evitar las fracturas. Una vez secas, las piezas fabricadas deben colocarse en un horno a 850 grados por seis horas, y después, colocar esmalte, pintura y regresar al horno, para que la pieza esté totalmente terminada lista para vender.

“Me siento orgulloso, porque la talavera no es que sea una simple pieza que sea pintada a mano, yo siento que es de esas piezas que tiene una historias, ya es milenaria, al comprar una pieza se llevan una historia plasmada en esa pieza”, refirió.

 

Es Patrimonio Cultural Inmaterial: la Unesco

La Unesco declaró el miércoles como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la fabricación artesanal de cerámica de estilo talaverano de las localidades españolas de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, en España, y de los estados de Puebla y Tlaxcala.

El Comité Intergubernamental de la Unesco valoró los procedimientos de fabricación, decoración y esmaltado de esta cerámica y que siguen siendo e idénticos a los practicados hace siglos.

LEG