EV1 General Motors

El automóvil EV1 es considerado uno de los autos más raros del mundo al tratarse del primer vehículo eléctrico funcional producido por un fabricante comercial, pero después de más de 15 años en el olvido por la avaricia comercial de General Motors, un ejemplar casi intacto fue encontrado abandonado en un estacionamiento en Estados Unidos.

 

En 1996 se produjeron 1,117 ejemplares del EV1, que fue declarado un experimento fallido y se retiró del mercado alrededor de 2003.

 

El solitario superviviente de estos autos fue descubierto abandonado en un estacionamiento en Atlanta, Estados Unidos.

 

 

El automóvil tiene las llantas traseras desinfladas por el abandono y sus cristales y chasis colo rojo tienen una capa gruesa de polvo acumulado por los años de olvido.

 

Un usuario de redes sociales reconoció el modelo y decidió compartirlo a través de las redes sociales, donde muchos dejaron opiniones y propuestas como robarlo, cambiarle de motor o simplemente protegerlo de General Motors.

 

Por los riesgos que corre el automóvil no se publica su ubicación, y sólo se sabe que está en un estacionamiento cercano a una institución educativa en Atlanta.

 

General Motors salvó un número pequeño de autos EV1 de la trituradora, menos de 20, y los donó a museos y escuelas, de acuerdo con la publicación especializada The Drive.

 

El EV1 fue fabricado en respuesta a que en 1990 las autoridades ambientales de California establecieron la primera ley de emisiones cero, que le requería a los fabricantes incluir en sus catálogos opciones de productos amigables con el ambiente.

 

En 1996 el EV1 salió al mercado bajo un programa de arrendamiento para clientes en california, Arizona y posteriormente Georgia.

 

El automóvil contaba con una pesada batería de Niquel que le proporcionaba una autonomía de hasta 200 kilómetros, un motor de 137 caballos de fuerza similar a los que se utilizan en los actuales automóviles eléctricos que lo hacían el automóvil más avanzado que hubiera creado GM.

 

En 1999 las regulaciones de California que impulsaron la fabricación de este automóvil se relajaron para favorecer a los automóviles híbridos, por lo que la llegada del Prius de Toyota en 2000 derivó en el olvido del EV1 por parte de General Motors.

 

En el año de 2003 decidió retirar del programa de arrendamiento a los EV1 aún existentes para destruirlos. Los críticos opinaron que la medida pretendía proteger a socios de la industria de los hidrocarburos y a sus cuantiosas inversiones en motores de combustión interna.