La ley de amnistía en proceso de aprobación en el Congreso podría tener un efecto doble… aunque contradictorio: relajar condenas para sacar en libertad a delincuentes de poca monta y no castigar el delito en las calles, pero poner en las calles a personas sin pasar por estrictos controles.

Dos puntos tienen que analizarse: de un lado, el grado de reincidencia de delincuentes liberados es alto por la falta de control, la poca capacidad para empleo y la inexistencia de reglas para que algunas empresas contraten a delincuentes bajo condicional.

El otro es más severo y no tiene forma de controlarse: hasta ahora, las cárceles son escuelas del delito; los presos que llegaron con delitos suaves y no policiales como robos o asesinatos conviven con reos de alta peligrosidad. Y como las condiciones dentro de los reclusorios están fuera de control, los malos enseñan a los no tan malos y construyen complicidades que funcionan cuando uno de ellos sale en libertad.

Además de mejores formas de capacitación, rehabilitación y reinserción, se requiere de controles muy estrictos fuera de las prisiones. Para ello, lamentablemente se necesita algo que no se tiene; recursos para contar con supervisores externos y recursos para construir personal de custodios con buenos salarios y capacitados para controlar delincuentes.

El modelo del autogobierno en las prisiones se puso en funcionamiento por la incapacidad de las autoridades para contar con personal capacitado. Y si en todas las prisiones los dueños del poder son los narcos, entonces habrá que reorganizar la distribución de reos para evitar contaminación delictiva.

Hasta ahora la ley de amnistía se asume como un acto de justicia indispensable para cambiar las reglas del juego judicial; pero deben de tenerse soluciones para evitar la liberación de delincuentes doctorados en delitos de alta monta.

Zona Zero

  • La delincuencia al menudeo está sin control y por ahí puede seguir subiendo la inseguridad y la percepción social. El dato mayor radica en el hecho de que los delincuentes deciden delinquir porque ven las cosas fáciles. Y ahora la ley de amnistía podría beneficiarlos de manera doble: subir las condiciones para ser encarcelados y sacar en libertad a delincuentes.

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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