Por Gustavo Rentería*

Todos los habitantes adultos de este planeta ya conocen a la perfección al cuadragésimo quinto presidente de Los Estados Unidos de América.

Donald Trump es un empresario y una personalidad televisiva, por el programa que conducía y corría groseramente a los concursantes de su show (The Apprentice).

Su fortuna es resultado de negocios en la industria de la construcción, donde renovó y gestionó numerosas torres de oficinas, primero en Nueva York, y después en muchas ciudades de la Unión Americana. También tiene participación en casinos y campos de golf. Fue dueño del concurso de belleza Miss Universo y para 2016 ya estaba entre los 300 más ricos del mundo.

15 mujeres lo han acusado de agresión sexual y existen audios donde se comprueba que entraba a los camerinos de Miss USA y Miss Teen, sin consentimiento de las concursantes.

Es más, en 2005 en The Howard Stern Show, el multimillonario aseguró que siempre se “salía con la suya, como sea”. Es decir, acepta que únicamente “sus chicharrones truenan”.

A pesar del fideicomiso que formó antes de ser huésped de la Casa Blanca, es acusado constantemente de conflicto de intereses, porque los negocios de sus hijos han crecido desde que él se convirtió en el hombre más poderoso del mundo.

Ya como Presidente ha hecho declaraciones falsas en múltiples ocasiones; desde mentiras en tuits hasta en discursos oficiales. Trump, abiertamente racista, ha repetido en múltiples ocasiones que “cuando México envía a su gente, no están enviando a los mejores… están traficando drogas, están trayendo crímenes y son violadores.” Ese odio, ya acrecentó la “mexicofobia.”

Ya se peleó con medio mundo, y afortunadamente no ha existido choque de trenes con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Estamos en medio de la ratificación del T-MEC en la Cámara de Representantes en Washington, pero sobre todo en medio de la lucha electoral entre demócratas y republicanos que se juegan la reelección o despido del presidente Trump.

Mientras todo eso sucede hay varios personajes que están haciendo su mejor esfuerzo: el canciller Marcelo Ebrard Casaubon, todo el equipo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y nuestra embajadora en Washington, Martha Bárcena Coqui.

Pero también da gusto la relación de los gobernadores fronterizos con sus contrapartes: “Lucid Motors es un ejemplo de que Sonora y Arizona pueden emprender proyectos de alto impacto, apoyándose en las ventajas competitivas que produce esa “megarregión”, como lo aseguró la gobernadora Claudia Pavlovich, al colocar junto con el gobernador de Arizona, Doug Ducey, la primera piedra de una gran planta automotriz, de la que nuestro país será proveedor.

La amistad que han logrado ambos mandatarios es de llamar la atención; él ha demostrado una caballerosidad infinita, pero sobre todo ella ha mostrado un oficio político y diplomático de altos vuelos.

Eso significa y comprueba, que la relación bilateral está más allá de las coyunturas electorales y que puede estar un personaje tan racista, xenófobo y vulgar como Trump en The White House, pero que nuestra vecindad está intacta.

También vale la pena subrayar que la gobernadora Pavlovich es una militante del PRI, mientras que el canciller es del Movimiento de Regeneración Nacional. Trump y Ducey son republicanos; pero aunque el primero quiere quedarse en la Casa Blanca, el segundo adora a México, y muestra amistad a nuestra gente de Agua Prieta, Nogales, Sásabe, Sonoyta y San Luis Río Colorado.

Bien por Ebrard y Pavlovich.

*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx