Recientemente en Magdala, Israel, fue inaugurado un Centro de Peregirinos, donde visitantes y creyentes podrán hospedarse para conocer Tierra Santa, ubicado a la orilla del Mar de Galilea.

 

La inauguración fue presidida por el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo Primado de México, mientras que el director del Proyecto Magdala es el padre Juan María Solana, quien comenzó a trabajar en la idea desde hace 15 años.

 

Este último, a través de una entrevista, dijo sentirse bendecido por todo el trabajo realizado durante los pasados 15 años y el haber llevado a la realidad el hogar santo para peregrinos.

 

Señaló que durante el proceso hubo errores, cansancio y reveses, sin embargo, lo volvería a vivir si fuera necesario, pues considera que el esfuerzo valió la pena.

 

“Tenemos programas (…) a medio y largo plazo para hacer actividades con jóvenes, familias… actividades religiosas, retiros”.

 

A su vez, explicó que Magdala, en la antigüedad fue un cruce de caminos, de culturas, de pueblos, economías y religiones. Por lo que en la actualidad, que es un tiempo pluralista, se debe aprender a respetar las creencias de los demás.

 

Al ser cuestionado sobre la importancia de Magdala al cristianismo y a México, el religioso dijo que estos 15 años del proyecto, se ha encontrado con diferentes personas en el camino y que han visto en Magdala una forma de canalizar sus inquietudes.

 

Puntualizó que Magdala es en sí un catalizador de reconciliación, de encuentros y de entendimiento para mucha gente, ideas o grupos para que encuentren una motivación.

 

También mencionó que su inspiración para el proyecto fue la obediencia.

 

Aprovechó para contar que los primeros meses del proyecto fueron complicados y poco claros, aunque con signos providenciales muy fuertes.

 

El padre afirma que el rol de la mujer en Magdala es importante, pues considera que una iglesia dominada por hombres sería una iglesia “coja”, por lo que se necesita de toda la fuerza y determinación del hombre, acompañado de la humanización que caracteriza a la mujer.

 

Como ejemplo, recordó que en su familia, su madre era muy bondadosa, mientras que el motor de su padre fue siempre el trabajo.

 

“No estoy de acuerdo, me lo dice mi propia experiencia, que la mujer nunca ha sido valorizada, nunca ha tenido un papel importantísimo”, agregó.

 

Finalmente, agregó que para él el proyecto de Magdala es un milagro, pues es una conjunción de elementos que Dios alineó para que pudiera ser posible.

 

gac