WASHINGTON.- Un equipo de electrocardiograma de color naranja brillante utiliza ventosas gigantes adheridas al cuerpo de una ballena azul, permitiendo que por primera vez un grupo de científicos en Estados Unidos estudie el ritmo cardíaco de la criatura más grande del mundo.

La ballena azul, que puede llegar a medir 30 metros de largo y pesar 200 toneladas, puede bajar su ritmo cardiaco hasta 2 palpitaciones por minuto mientras se sumerge en el océano en busca de alimentos, dijeron investigadores esta semana.

El ritmo máximo registrado ha sido de 37 palpitaciones por minuto, después de que el mamífero regresó a la superficie luego de una inmersión profunda.

“La ballena azul es el animal más grande de todos y ha fascinado por mucho tiempo a los biólogos”, dijo Jeremy Goldbogen, biólogo marino de la Universidad de Stanford, que lideró el estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

“En particular, las nuevas mediciones de los ritmos cardíacos y fisiológicos nos ayudan a entender cómo trabajan los animales de mayor masa corporal”, añadió Goldbogen. “¿Cómo es la vida y cuál es el ritmo de vida en un cuerpo a esta gran escala?”.

En general, mientras más grande es un animal, menor es el ritmo cardíaco, lo que minimiza el trabajo que debe hacer el corazón al distribuir la sangre por todo el cuerpo. El ritmo cardíaco normal de un humano en periodo de descanso está en el rango de 60 a 100 palpitaciones por minuto y alcanza los 200 durante ejercicio a nivel atlético.

Los mamíferos más pequeños, como las musarañas, tienen ritmos cardíacos mucho más altos de hasta 1.000 palpitaciones por minuto.

Los investigadores crearon un dispositivo, encerrado en una carcasa plástica naranja, que contiene una máquina de eletrocardiograma para detectar el ritmo cardiaco de una ballena mientras nada en el océano abierto. El equipo tiene cuatro ventosas succionadoras que se adhieren al animal sin resultar invasivas.

Los científicos obtuvieron datos equivalentes a nueve horas de nado de una ballena macho adulto de unos 22 metros de largo, identificada tras una ardua búsqueda frente a las costas de California.

A pesar de ser una ballena azul y de su inmenso tamaño, estas criaturas se alimentan de presas pequeñas y succionan grandes volúmenes de agua que después filtran. Entre sus alimentos preferidos se incluyen crustáceos como el krill.

En sus inmersiones para buscar comida, la ballena presentó bajos ritmos cardíacos, normalmente de cuatro a ocho palpitaciones por minuto, incluso hasta dos. Tras volver a la superficie después de largos periodos bajo el agua, la ballena presentaba ritmos cardíacos de entre 25 a 37 palpitaciones por minuto.

gac