Foto: Reuters Para la fabricación de los cigarros se utilizan diversas sustancias peligrosas que suman un total de tres mil 500 químicos  

Anualmente en Rusia se generan aproximadamente 44 mil toneladas de basura por colillas de cigarros, así como su producción emite 61 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, alertó la oficina de Greenpeace de esta nación europea.

Esta numeraria equivale a la huella de carbono anual producida por más de 15 mil personas, considerando que cada individuo emite en promedio cuatro mil toneladas de dióxido de carbono (CO2), detalló la organización ambientalista en un reporte.

A estas cifras, se suma la producción anual de tabaco por casi 84 millones de toneladas que genera emisiones de gases de efecto invernadero, las mismas que Perú e Israel en un año.

Los filtros de los cigarros son fabricados por acetato de celulosa, un tipo de plástico utilizado en las películas para fotografía, algunos pegamentos que sirven para fabricar armazones de lentes, entre otros; su descomposición tarda aproximadamente 20 años y no desaparece por completo, sino que se transforman en microplásticos.

Las colillas son la basura más desechada en todo el mundo, ya que se fabrican seis billones de cigarros anualmente, de los cuales 680 millones de toneladas terminan dañando los ecosistemas y las especies de fauna que ahí habitan.

Para la fabricación de los cigarros se utilizan diversas sustancias peligrosas que suman un total de tres mil 500 químicos como aluminio, bromo, cromo, cobre, hierro, plomo, manganeso, níquel, estroncio, titanio, zinc, cadmio, mercurio y arsénico.

Muchas de éstas, son tóxicas para la fauna de todos los ecosistemas, y en el caso de los seres humanos son cancerígenas, así como contaminan suelos, ríos y océanos, en este último caso una colilla de cigarrillo y medio por litro de agua es suficiente para matar a todos los organismos vivos en 48 horas.

Según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los océanos atrapan el 30 por ciento de las emisiones de CO2 y absorben más del 90 por ciento de la energía atrapada por los gases de efecto invernadero, lo que se relaciona directamente con el aumento de las temperaturas en los océanos.

 

 

FV