Arrastrado por impulsos ciegos que impone a sus colaboradores, incapaces de contenerlo, el presidente Donald Trump lanzó una campaña de mentiras, en el desesperado intento de contener la avalancha de testimonios de altos funcionarios del Departamento de Estado, Casa Blanca y Pentágono que lo hunden… confirmando los cargos de abuso del poder para su beneficio personal, al invitar a otro país a interferir en la elección presidencial de 2020, sobre lo que Trump, dijo ayer, podría atestiguar ante el Congreso.

“Nuestra loca, hace-nada presidenta de la Cámara de Representantes, la nerviosa Nancy Pelosi, petrificada por su izquierda radical, sabiendo que pronto se irá (…) sugirió que yo testificara sobre la falsa cacería de brujas del impeachment (…) Aun cuando no hice nada equivocado y no le quiero dar credibilidad a este engaño sin debido proceso, me gusta la idea”, tuiteó el presidente.

Sobre el tuit, Pelosi comentó a la prensa que no tiene idea cuándo será requerida la presencia del Presidente para testificar en el juicio y aseguró que “no tiene mucho tiempo para prestarle atención a los tuits del presidente ni sus implicaciones legales”, pero le parecieron “malas, inapropiadas y típicas”.

 

Testimonios reveladores

Declaraciones que esta semana -en que debe negociarse el presupuesto fiscal para el año próximo- alcanzarán su punto más alto, con el testimonio de tres de las más grandes figuras del Ucraniagate.

Hoy, el teniente coronel Alexander Vindman, Director de Asuntos de Europa del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca; con Jennifer Williams, asesora del vicepresidente Mike Pence, quien calificó como “inusual y poco apropiado el chantaje del presidente Trump; y Kurt Volker, ex enviado de la Casa Blanca para Ucrania, quien al reunirse, el 12 de agosto, con Andrey Yermak, asistente de Zelenski, propuso parte de la redacción del documento en que Ucrania se comprometía a investigar a la empresa Burisma.

“El embajador Sondland le respondió que él (Zelenski) la iba a realizar, agregando que haría lo que le pidiera”, confirmando el testimonio del embajador William Taylor, representante diplomático norteamericano en Ucrania.

El miércoles, Gordon Sondland, embajador de EU ante la Unión Europea, a quien el presidente Trump encomendó la negociación para obtener la información de los Biden.

Sondland reconoció haber dicho a uno de los asesores del presidente Zelenski que la reanudación de la asistencia militar de Estados Unidos “estaba condicionada al compromiso de la lucha anti corrupción” solicitada por Trump, pero básicamente enfocada a los Biden.

¿Mintió el Presidente?

La Cámara de Representantes anunció que inició una investigación para determinar si el presidente Trump mintió en las respuestas escritas que entregó al fiscal especial Robert Mueller, a cargo de la investigación sobre la injerencia rusa en la elección presidencial de 2016.

Douglas Letter, asesor jurídico de la Cámara Baja, envió un documento a la Corte de Circuito de Apelaciones del Distrito de Columbia explicando la necesidad que tiene de documentos clasificados relacionados con dicha investigación.

QUERÍA A BIDEN

El viernes pasado, David Holmes, diplomático de carrera asignado a la embajada de Estados Unidos en Kiev, dijo al Comité de Inteligencia que él escuchó una llamada telefónica el 26 de julio entre Sondland y Trump en la que el presidente exigió información sobre la disposición de Zelenski a investigar a los Biden.

Mike Mulvaney, jefe de Gabinete de Trump, quien se ha negado a testificar, también confirmó el chantaje, considerado ahora como “soborno” a Ucrania, considerado como crimen suficiente para el impeachment al Presidente.

El miércoles también comparecerán Laura Copley, subsecretaria de Defensa; y David Hale, subsecretario de Estado.

Viernes: Fiona Hill, experta en Rusia y ex asesora del Consejo Nacional de Seguridad sobre de la Casa Blanca.

 

TRUMP INTIMIDÓ: ADAM SCHIFF

La desesperación del presidente Trump es tanta que, pegado a la televisión el viernes 15 de noviembre, siguiendo el testimonio de la embajadora Yovanovitch, a quién removió por obstaculizar la política negra hacia Ucrania que encomendó a Rudy Giuliani, su abogado personal, atacó la carrera de la servidora pública no partidista, de lo que fue notificada en la audiencia en que testificaba, por Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja.

“Ese ataque es intimidatorio”, dijo la experimentada diplomática.

Schiff dijo que esa clara “intimidación de testigos” es un crimen muy grave y podría ser parte de los artículos de impeachment contra el presidente, sometidos a votación en el pleno de la Cámara de Representantes en una o dos semanas, según la cantidad de cada vez más funcionarios que testifiquen ante el Comité.

El presidente Trump rechazó “haber intimidado a testigos”, atribuyendo que el tuit que escribió a “su libertad de expresión, luego que los demócratas le han privado de sus derechos”, como argumentan sus incondicionales republicanos, quienes trataron de desviar la atención del juicio, con un burdo “circo político” en que trataron de forzar la inclusión de testigos no relacionados con el mal comportamiento del Presidente, sino con la investigación que Trump quiere de los Biden, lo que fue rechazado.

SEMANA NEGRA

Tal vez la tensión fue la causa por la que Trump fue internado en el Hospital Militar Walter Reed la semana pasada, en lo que la Casa Blanca calificó como rutina en la que se le detectó aumento de peso y fue sometido a dieta y ejercicio.
Aun así, el presidente atacó al periodista Chris Wallace, de la cadena Fox por presionar al líder Republicano Steve Scalisse sobre el impeachment, lo que calificó de “detestable y asqueroso”, mientras una de sus estaciones despidió a otro conductor de noticias por criticar al Presidente.

La semana pasada fue tensa y frustrante para el presidente, que comenzó con las primeras audiencias de su juicio, criticas por calificar como “honor” la visita del presidente Turco Tayeep Erdogan autor de la masacre de kurdos y cristianos, un tercer revés de una corte federal obligándolo a entregar sus declaraciones de impuestos personales, de sus empresas y su familia, de los últimos 8 años al Congreso, antes del 20 de noviembre, lo que ahora pidió que la Suprema Corte de Justicia de la Nación “proteja”.

La declaración de culpabilidad de Roger Stone, su asociado y amigo, quien podría purgar una larga sentencia por 7 cargos de mentir al Congreso y al FBI sobre sus contactos con WikiLeaks, con quienes habría compartido correos hackeados por los rusos a Hillary Clinton y al Partido Demócrata, convirtiéndose en el sexto integrante de su más cerrado círculo.

California y 22 estados desafiaron el bloqueo de Trump para aprobar leyes mas drásticas para el control de emisiones demandando a la Agencia de Protección Ambiental, por pretender bloquear sus esfuerzos y los de empresas automotrices conscientes de la urgencia de atenuar los efectos del cambio climático.

“La administración Trump trata de deshacer el progreso que hemos hecho en nuestros estados durante décadas y no podemos permitir eso”, dice Xavier Becerra, procurador de Justicia del llamado Estado Dorado, mientras comités del Congreso exigieron a la EPA presentar reglas, memorándums y documentos relacionados con la protección del medio ambiente.

China insiste en su posición de negociar un tratado comercial hasta después de la elección de 2020, lo que obliga a Trump a continuar mintiendo, igual que a su asesor Larry Kudlow sobre supuestos “avances” para evitar el colapso del mercado de valores.
Tuvo que dar marcha atrás en su prohibición de la venta de cigarros electrónicos vaporizados de sabores, que previamente anunció cuando estaba a punto de firmarla, luego que fue informado del devastador efecto que tendría en sus sueños de reelección, ya que quienes cabildean ese tema le advirtieron que “habría una gran perdida de empleos, contraria a sus declaraciones”, por lo que cambió el interés de su campaña por la reelección, por el de la protección de la salud, de manera similar a como se hizo para atrás con el retiro de tropas de Siria.

BARR ATACA EL IMPEACHMENT

Mientras William Barr, procurador de Justicia de Estados Unidos defiende el “uso de la autoridad ejecutiva” del Presidente y ataca las audiencias del juicio que acumulan más y más evidencia sobre la ilegal actitud con la que Donald Trump quiso sobornar a Ucrania, valiéndose de la desesperada necesidad que tenía de asistencia militar, presionándolo para que obtuviera información negativa de Joe Biden, su potencial contendiente por la Casa Blanca.

Durante las primeras audiencias, los republicanos trataron a toda costa de bloquear o dilatar las audiencias, sin hablar de la responsabilidad de Trump, se limitaron a tratar de establecer -sin resultados-, que todo era información de segunda mano, en el intento de eximir al Presidente.

Mas de 50% de votantes apoya el impeachment contra 41% que se opone, de acuerdo a la ultima encuesta de Politico/Morning Consult Poll. La tasa de aprobación del trabajo de Trump nunca ha rebasado el 45%.

INTENSIFICA SU CAMPAÑA

En cada evento en que aparece, a través de su cuenta de Twitter y obligando a integrantes de su gabinete, equipo de campaña, gobernadores y legisladores republicanos, que han participado en 700 entrevistas de radio y televisión, además de anuncios, Trump trata de cambiar la percepción del juicio político con el viejo argumento de que es una “cacería de brujas”, “un engaño” y “un intento de golpe de Estado”, lo que cada vez menos gente cree.

Siguiendo su ejemplo, igual que hace su hijo Donald Jr. quien al tratar de reclutar a “guerreros para el culto a Trump” fue evacuado de la Universidad de California en Los Angeles UCLA, debido al rechazo, rechifla e imposibilidad de hablar por el constante abucheo.

Los Trump argumentan que “los demócratas pierden el tiempo y dinero de los contribuyentes con el “circo” que les impide trabajar para reducir el costo de las medicinas, buscar nuevos acuerdos comerciales o construir mas infraestructura”, lo que ha venido diciendo desde su campaña, cuando en realidad, todas las iniciativas de interés popular, como la protección que garantice la integridad de las elecciones, ha sido bloqueada por los republicanos en el Senado.

REPUBLICANOS, INDIFERENTES

En la Cámara Alta, McConnell no ha movido un dedo en preparación de la muy posible consignación del Presidente, para que sea juzgado en el Senado, en sesión especial que presidiría John Roberts, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en la que -de conseguirse 67 votos necesarios-, el presidente Trump podría ser removido del cargo.

El senador Ron Johnson señaló que el whistleblower que hizo la denuncia confidencial “no debió haber llegado lo que hizo ya que todo pudo haberse arreglado sin necesidad del impeachment”. Otros republicanos reconocen el error del presidente, pero consideran que no es suficiente para el juicio político.

McConnell asegura que si el juicio tuviera lugar hoy, el presidente Trump sería exonerado, lo que parecen contradecir reportes sobre la posibilidad de que -si el voto fuera secreto-, la mayoría de senadores votaría contra Trump.

Bajo el nombre de “Detengan la Locura”, el Partido Republicano ha gastado 2 millones de dólares en spots de TV, igual que en redes sociales, tratando de golpear a 60 congresistas liberales que representan a distritos en que Trump obtuvo mayoría, incluyendo Carolina del Norte, Ohio y Nevada, y las carreras para el Senado y Cámara de Representantes en Louisiana y Kentucky, donde los demócratas ganaron la gubernatura y Alabama.

TRUMP HABLA DE DOS LLAMADAS

Argumentan que “sólo hubo dos llamadas telefónicas que fueron perfectas” y en las que “no se mencionó el chantaje”, lo que es mentira, ya que el equipo de Trump abrió un canal irregular de comunicación con Ucrania para implementar una política contraria a las metas tradicionales e intereses de Estados Unidos, que desplazó al canal diplomático, para presionar durante 4 meses al gobierno del presidente Volodímir Zelenski, para que por escrito se comprometiera a investigar a los Biden, a cambio de la asistencia militar y una audiencia en la Casa Blanca.

“El daño viene cuando intereses privados rebasan a diplomáticos profesionales, para su propio beneficio, no para el bien publico, porque se convierten en malos actores de pauses mas allá de Ucrania, en los que verán fácil el uso de ficción e innuendo, para manipular nuestro sistema”, advirtió la embajadora Yovanovitch.

“En esas circunstancias”, agregó, “los únicos intereses que se verán beneficiados son los de nuestros adversarios estratégicos como Rusia, que diseminan el caos, atacando instituciones y normas que Estados Unidos ha ayudado a crear”.
En otra desesperada medida para asegurar su cada vez más remota reelección, además de ataques contra los diplomáticos y altos funcionarios de su gobierno que califica de “Never Trumpers” el presidente recurrió a una controversial medida en busca de votos.

PERDON POR CRÍMENES DE GUERRA

Otorgó el perdón presidencial al Mayor de las Fuerzas Especiales Mathew Golsteyn, acusado de asesinar a un detenido en Afganistán, al Navy Seal (tropas especiales de la Naval) por asesinar y posar junto al cadaver de un joven y el Teniente del Ejercito Clint Lorance, sentenciado por asesinato en 2013.

“Se les entrena para ser maquinas de matar y luego los procesamos por hacerlo”, dijo Trump, quien, de acuerdo a reportes, ignoró sugerencias de altos oficiales del Pentágono que sugirieron no extender los perdones presidenciales, por el impacto que tendrían en la justicia militar.

“Ese perdón presidencial hará mas difícil para los comandantes vigilar por el cumplimiento de códigos militares de conducta, disciplina y reglas de compromiso, que garantizan unas fuerzas armadas que se rigen por la ley y ética”, dijo Thomas Gift, veterano de la Guerra de Irak y conferencista del Colegio Universitario de Londres.

Agrega que bajar el standard de lo que constituye una conducta aceptable en guerra, los soldados estadounidenses confían menos en el Comandante en Jefe y los lideres militares, en el cumplimiento de tareas con integridad.

Y ve los perdones presidenciales como un acto que hace más vulnerables a los estadounidenses que caigan en manos del enemigo, ya que serán sujetos a más abuso sicológico, tortura y posiblemente asesinato, ya que, dice Gift, reducen la habilidad de proyectar autoridad moral a nivel global, lo que es una traición a militares que si cumplen con esas reglas y un motivo de desilusión para los aliados de Estados Unidos.

Sin embargo, en opinión de incondicionales incapaces de contradecir a Trump, Steve Scalisse, líder de la minoría republicana en el Congreso, esa medida “mejorará la moral de las fuerzas armadas” contra la opinión de expertos.

Se estima que al menos 8 mil civiles fueron asesinados por tropas de Estados Unidos, solo en el combate contra ISIL.

 

LEG