La Arena López Mateos se llenó este domingo de Santa Lucha, evento en el que 26 luchadores ofrecieron un gran espectáculo a las aproximadamente 800 personas que decidieron ir a vivir un día lleno de lucha libre.

Las puertas se abrieron las 16:00 horas, la afición no movía los ojos del cuadrilátero pues varias de sus estrellas favoritas como Juan Diego, Herodes, Divino, Los Octagones, entre otros, estuvieron tomándose fotos, ofreciendo productos oficiales y conviviendo con ellos antes de comenzar la función, “es una diversión y una emoción muy enorme el poder tener cerca a tus luchadores favoritos, platicar con ellos y vacilártelos, aparte te puedes tomar la foto para presumir entre tus conocidos”, mencionó María López, quien heredó de su abuelo el gusto por las luchas.

Durante la convivencia se divisaban a varios jóvenes con camisetas negras estampadas con el logo de Santa Lucha, entre el personal que con esmero y eficiencia se apresuraba para atender al público, se encontraban los 12 jóvenes emprendedores de un proyecto escolar que se aventó desde el cuadrilátero y logró una noche de lucha.

El espectáculo tuvo 5 funciones en las cuales fue el presentador “El Luis Miguel de las Luchas” quien se encargó de poner el sazón y emoción característico de estos eventos a cada intermedio. Comenzó el primer enfrentamiento, Galactus y Barón Rojo vs Kid Jaguar e Imperial Jr., una batalla que, según los aficionados Mario y Luis “no pintaba para mucho, pero nos dejó callados”, siendo los ganadores el primer par de técnicos.

Para la segunda lucha ya había algunas apuestas en juego. Los técnicos: Juan Diego, Atomik Star y Chicanito comenzaron a ganar simpatía sobre los rudos, Divino, Shadow y El Hijo del Brazo de Platino, desde el inicio, pues arrojaron paletas y dieron vuelta al marcador cuando la multitud daba por perdido al trío de técnicos, “necesitas un milagro Juan Diego” gritaron desde las primeras filas y al parecer lo logró, pues su compañero desenmascaró a Shadow y pisoteo la máscara en pleno cuadrilátero. La multitud se volvió loca, habían vuelto a ganar los buenos.

El tercer encuentro fue para muchos de los asistentes en gradas el mejor de todos pues Sorayita, del trío de técnicos, se llevó toda la atención con sus bailes sensuales y la energía que transmitía a la gente, “guapa”, “mi amor”, “princesa”, eran algunos de los piropos que se escuchaban en el aire. A pesar de que sus contrincantes, Lilith Dark, Diva Salvaje y Pentagoncito ofrecieron una gran lucha contra sus otros dos compañeros, Mary Caporal y Súper Pinochito, quien casi fue desenmascarado, la derrota fue inminente después de los fuertes azotes contra la lona.

Llegaba la semifinal y en el intermedio los chicos de Santa Lucha consintieron a sus asistentes regalando dos botellas de mezcal por medio de una rifa, además el trío de técnicos: Máscara Sagrada, Zumbido y Terry 2000, volvieron loca a la afición, en especial a la femenina, subiendo a tres chicas para bailarles, incluso hubo alguna marometa y una gran caída de las fanáticas y los luchadores.

Por fin había llegado la lucha estelar de Octagones contra Piratas, el duelo de dinastías tenía a toda la arena gritando y apoyando a sus favoritos, hubo llaves, lances, azotes e incluso un intento por desenmascarar a El Hijo de Octagón, aunque finalmente fueron estos los que obtuvieron el gane. Nuevamente los técnicos se habían llevado a los rudos, aunque al parecer la afición no quedó contenta, “eso se vio bien comprado, si los piratas son los meros meros, los sigo desde que mi mujer era mi amiga”, comentó Luis, quien acompañado de su esposa y su pequeño hijo, apoyaban desde la primera fila a sus favoritos.

A raíz de este descontento en el público del Legado Dragón ofreció una caída más, en la cual obtuvieron de nuevo el puntaje a favor; el par de Piratas demostró su desconecto ofreciendo a sus contrincantes una revancha desde el micrófono y con el ruido de sus seguidores inundando todo a su alrededor. El domingo de lucha había terminado, los técnicos habían cerrado la lucha con otra victoria y al parecer se cocina una fuerte rivalidad entre estas dinastías.

 

PL