Si bien no está comprobado que el uso de vapeadores genere cáncer como el cigarro convencional, los líquidos que contienen estos dispositivos llegan a irritar e inflamar la vía respiratoria de manera aguda desde las primeras horas, días o semanas en que se inhalan, lo que incluso puede provocar la muerte, alertó la neumóloga Carla Sánchez Ríos.

 

En México no existe autorización para la importación, distribución o venta de cigarros electrónicos. En septiembre pasado, derivado de las muertes asociadas a estos dispositivos en Estados Unidos, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios alertó al país sobre las posibles repercusiones a la salud que causan los también llamados vapeadores.

 

Ante ello, organizaciones civiles como Pro-Vapeo México han llamado a las autoridades a discutir y regular los dispositivos, la cual sea proporcional a sus riesgos, pues si bien no niegan que los cigarros electrónicos generen algún daño, afirman que no pueden compararse con los del cigarro convencional, además de que ayudan a reducir el tabaquismo.

 

En entrevista con Notimex, la especialista en neumología en adultos explicó que los líquidos que contienen los cigarros electrónicos atraviesan un proceso de aerilización cuando se calientan, lo que genera vapores que al inhalarse e instalarse en el pulmón llegan a causar un daño pulmonar agudo grave que muchas veces necesita de hospitalización.

 

“(Además), a los minutos de que una persona utiliza su dispositivo genera aumento de la resistencia de la vía respiratoria, es decir, se cierra la vía respiratoria y se comportan como pacientes asmáticos o con enfermedades obstructivas graves por la exposición a los humos del cigarro electrónico”, expuso.

 

El cigarro convencional, comparado con estos dispositivos, necesita un proceso de latencia muy largo para generar cáncer; los líquidos del vapeador, detalló Sánchez Ríos, llegan a irritar e inflamar la vía respiratoria de manera aguda, lo cual quiere decir que un paciente puede llegar a deteriorarse desde el momento en que lo inhala.

 

“Eso es lo que más nos preocupa. En promedio, lo que se ha estudiado en pacientes que han presentado deterioro asociado a estos dispositivos, es que más o menos entre la sexta o doceava semana pueden presentar este tipo de afecciones pulmonares, pero hay pacientes que desde más temprana exposición pueden presentar complicaciones pulmonares”, detalló.

 

La inflamación que se genera en el pulmón, señaló, puede hacer que el paciente tenga un daño tan grave que incluso requiera asistencia ventilatoria, tanto con aporte de oxígeno o incluso necesidad de entubarlo o desinflamatorios potentes, entonces “en un periodo corto de tiempo, el paciente puede deteriorarse tanto y poner en riesgo su vida”.

 

Respecto a si pueden provocar adicción o no, la especialista explicó que si bien hay algunos dispositivos que no contienen nicotina, los que sí tiene, aunque sea en pequeñas cantidades, puede generar dependencia de la misma manera que el tabaco convencional.

 

Al referirse a los vapeadores asociados a los casos de afecciones pulmonares en Estados Unidos donde se encontraron dosis de THC (tetrahidrocannabinol), agente psicoactivo del cannabis, la especialista indicó que la industria tabacalera utiliza sustancias cada vez más adictivas, no obstante, explicó, ya sea que tengan este componente o no, los cigarros electrónicos causan el mismo daño.

 

“Cuando un paciente presenta daños por el cigarro electrónico, en el mejor de los casos, puede presentar una inflamación que sea transitoria y no afecte la función del pulmón de intercambiar oxígeno y se pueda tratar con medicamentos; en el peor, es que fallezca por esta inflamación tan importante”, lamentó.

 

RYHP