“Bueno, ya, ya, es que están muy excitados. Vamos mejor mañana a seguirle, si les parece”, fue la frase con la que el presidente Andrés Manuel López Obrador trató de cerrar una de sus conferencias más ríspidas de las 235 que ha dado.

El mandatario había comprometido esa conferencia para responder preguntas sobre el operativo de Culiacán, Sinaloa; sin embargo, optó por dar la palabra a personas que se acreditan como titular de portales alternativos o usuarios de redes sociales, por lo que las preguntas no eran en torno a lo acordado.

Transcurrieron 88 minutos de conferencia… entonces se dio la palabra a una representante de Proceso y negó recibir órdenes por parte de Washington para ejecutar el operativo: “Porque en una de esas sale hasta en la portada”.

Después, tocó el turno a 24 HORAS, quien pidió precisión sobre el punto donde fue liberado Ovidio Guzmán; el secretario de la Defensa Nacional dio respuesta, y el mandatario consideró pertinente la pegunta, pues le dio pie para responder a La Jornada y Televisa.

“La versión que se difundió en algunos medios es de que se le disfrazó, se le puso uniforme militar para sacarlo… resultó falso, o sea, entonces, vamos siendo equitativos”, externó en referencia a una fotografía que –dijo– fue filtrada por la delincuencia y mientras señalaba la portada de La Jornada.

Algunos reporteros reclamaron la ausencia de información el 17 de octubre pasado, y el mandatario llamó a la reflexión y no caer el amarillismo, frase que soltó contra TV Azteca.

Finalmente, evocó una frase de Gustavo Madero: “Dice: ‘Le muerden la mano a quien les quitó el bozal’. Eso no se lo perdonaron, nunca. Por eso se ensañaron en él, y luego en su hermano. Yo no quiero que nunca jamás vuelva a suceder eso. Esa es de las historias más vergonzosas del periodismo y de la política en México”.

LEG