A pesar de una pérdida neta de Pemex al tercer trimestre de 2019, la empresa y el Gobierno han venido trabajando de manera positiva para reducir costos, gastos y deuda, aunque la caída en ventas nacionales e internacionales podría complicar todo su esfuerzo de mejora en eficiencia. Desgraciadamente los tiempos apremian y el 2020 parece será un año complicado.

Se dio a conocer el resultado del tercer trimestre de 2019 de Pemex en donde registró una pérdida trimestral de casi 88 mil millones de pesos y acumulado de 174 mil millones de pesos. Sus ingresos cayeron un 20%, tanto por sus ventas en México como en el Extranjero. Un dato positivo fue una reducción de casi 30% en el costo de ventas que bien podría ser el tema del “huachicol” ya más visible. En cuanto a los rubros de gastos, tanto administrativos como de distribución, transportación y ventas, vimos una reducción de casi 35% con lo que el rendimiento de la operación mejoró en casi 27% que representa un monto de 68,560 millones de pesos.
Un mayor costo financiero más derechos, impuestos, y las pérdidas por beneficios a los empleados, llevaron a terminar con una pérdida neta de 158,706 millones de pesos. La apreciación del tipo de cambio jugó en contra de los resultados.

Analizando la información, vemos que la estructura operativa viene mejorando gradualmente, ya que en el acumulado enero a septiembre, aún registra una contracción de 35% en el rendimiento de la operación, al acumular una ganancia de 182,048 millones de pesos.

En lo que va del año, el pasivo sigue siendo un tema preocupante al registrar un aumento de 6.5% respecto al mismo período de 2018 cuando las ventas por ejemplo, se han contraído casi un 15%.

Sin embargo, la deuda financiera total asciende a 99, 626 millones de dólares vs 106,000 millones del cierre de 2018, disminuyendo 6.1%. Entre enero y septiembre de 2020, tendrá vencimientos de 5,500 millones de dólares. El 10.2% es en pesos y el resto en moneda extranjera, siendo el 67% en dólares y 16% en euros.

El gobierno federal tendrá que seguir apoyando la mejora en la estructura financiera de Pemex, aunque en 2020 no será fácil. La economía mexicana enfrentará un problema de crecimiento ante un deterioro interno de confianza en el consumo y la inversión, y además, enfrentará una desaceleración internacional sin que alcance a ser recesivo.

Los números del presupuesto 2020 están dados para un crecimiento de la economía de 2.0% anual y los estimados actuales del consenso del mercado apenas alcanza para un 1.4% anual.

El problema vendrá en la recaudación de los ingresos en donde el SAT tendrá la tarea de captar 3.5 billones de pesos a través de una fuerte presión hacia las empresas y personas físicas.

Con todo esto, es probable que las principales Calificadoras pudieran esperar un tiempo para ver el desarrollo de la economía de México y su entorno, así como la producción diaria de crudo y evaluar qué tanto le permita mejorar los números de producción y venta de petróleo.

El último dato a septiembre refleja una producción diaria de 1.715 millones de barriles y promedia en los últimos cuatro meses 1.685 mbd. En el presupuesto 2020 tiene un nivel estimado de 1.95 millones, que reflejan un aumento de 13.7%, equivalente a 235 mil barriles diarios.

Si la intención del Gobierno y de Pemex es explotar y producir en el corto plazo más, ¿Qué sucederá con las reservas de crudo que actualmente es de 7 años?, ¿A qué velocidad caerán?

En fin, el trabajo quirúrgico a Pemex es positivo pero aún insuficiente y las calificadoras seguirán en evaluación con el riesgo de un deterioro en sus calificaciones hacia Pemex.