Como un balde de agua fría cayó entre analistas la victoria electoral del candidato de la coalición Frente por Todos, el peronista Alberto Fernández, quien logró la mayoría suficiente para, en una primera vuelta, sacar de la Presidencia de Argentina al actual mandatario, Mauricio Macri.

Sí, un balde de agua fría dado el contexto económico en el que actualmente se encuentra ese país. El peronismo encarnado por su más reciente representante, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien apareció en la fórmula electoral triunfadora como candidata a la vicepresidencia, ha sido señalado como el máximo responsable de la crisis en la que se encuentra sumida aquella nación sudamericana, de la cual Macri no tuvo el tiempo ni las herramientas suficientes para resolver.

Si bien durante la campaña, Cristina Fernández supo jugar un papel discreto y cedió todos los reflectores al hoy presidente electo, difícilmente su figura podrá ser disociada del desastre económico que hoy azota a Argentina, un país que no ha logrado encontrar el camino del desarrollo y la estabilidad.

La herencia del peronismo, que hoy vuelve al poder, y la falta de instrumentos por parte del Gobierno saliente se han traducido en una desesperante situación. Inflación de 22% en el primer semestre de este año, pérdida de más de la mitad del valor del peso, control de cambios, surgimiento de un mercado negro de divisas, caída de las reservas internacionales por más de 12 mil millones de dólares en los últimos dos meses y medio e incapacidad para el pago de la deuda contraída con los organismos internacionales son una muestra de la amplia gama de indicadores que ponen a Argentina en rojo.

El Gobierno de Macri pecó de optimismo y no logró contener la bola de nieve que, desde 2015, cuando asumió el poder, se antojaba ya imparable. Cuatro años no fueron suficientes para volver a vincular a Argentina con el mundo, particularmente con Estados Unidos y la Unión Europea, del que se alejó en tiempos de Cristina Fernández. No se generaron las condiciones para mejorar el diálogo con el FMI, al que no se dejó de recurrir para intentar salir del profundo hoyo en el que ese país se encuentra actualmente.

Las medidas para reducir la inflación o, incluso, llevar a tasa cero los índices de pobreza se toparon con la realidad de un país que decidió regresar al mismo pasado que lo tiene sumergido en el más incierto de los futuros. A diferencia de México, en donde los electores sufragaron con enojo, en Argentina el voto fue con el bolsillo.

Segundo tercio. Este domingo se inaugura la Temporada Grande 2019-2020 en la Plaza México. El serial arranca en medio de una serie de intentonas por prohibir la fiesta brava encabezadas por diversas corrientes políticas. Sus esfuerzos han sido infructuosos y la mejor respuesta de la afición será acudir a los tendidos para mantener vigente esta actividad que genera una derrama económica anual de más de cinco mil 500 millones de pesos y que tiene un alto componente comunitario.

Tercer tercio. Bienvenida la decisión presidencial en el sentido que la publicidad y tiempos oficiales estarán a disposición “por algún tiempo” a la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones. Esto debería incluir el combate a la obesidad.

LEG