Con la mayoría de Morena y sus aliados y el voto en contra del PAN, PRI, MC y PRD, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen que desaparece el Seguro Popular y crea en su lugar el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el cual operará en los estados sólo a través de convenios que firme cada entidad federativa con la Secretaría de Salud federal.
Este convenio implica que los estados que lo firmen tendrán que aportar recursos para la operación del Insabi, y para garantizar ese pago, el diputado Manuel Huerta (Morena) propuso una reserva que se aceptó, para que las participaciones federales sean fuente de pago, en caso de incumplimiento, “para cubrir la respectiva aportación y permitir la continuidad en la prestación del servicio”.
La otra reserva aceptada y presentada por el PES, estableció que, en un periodo de tres años contados a partir de la entrada en vigor del decreto, es decir, para enero del 2023, el nuevo Instituto deberá presentar un informe al Congreso de la Unión de cobertura de la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos.
Al fundamentar el dictamen, la diputada Miroslava Sánchez (Morena) sostuvo que con el Insabi se cambia el sistema de prestación de salud a la población sin seguridad social por un sistema de salud enfocado en la persona y la comunidad en la que vive, que será universal, proactivo, integrado y continuo.
“Este nuevo modelo basado en la atención primaria en salud, es dirigido especialmente para la población sin seguridad social e implica que los mexicanos tienen derecho a una atención médica ambulatoria y hospitalaria de calidad, integral, gratuita, incluidos materiales, medicamentos, exámenes clínicos. Es decir, servicios de salud, integrales y universales”, aseveró.
El diputado Éctor Ramírez (PAN) dijo que se trata de una reforma que no es integral, ni siquiera ambiciosa ni comprometida con las necesidades de la gente y del desafío del sistema nacional de salud.
La reforma, profundizó, implica la desaparición del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, conocido como Seguro Popular, cuyo propósito había sido la atención de enfermedades graves y de alto costo, como el cáncer, VIH, diabetes o infartos.
“El Presidente López Obrador, Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados quieren hacer uso de 40 mil millones de pesos del sistema de salud, que se tenían asignados en el Seguro Popular, para ahora gastarlos de manera discrecional, en la más completa opacidad, en el nuevo Instituto de Salud para el Bienestar”, apuntó.
fahl