Minutos antes de que se votara la Ley de Revocación de Mandato y consulta popular, preguntamos a los coordinadores de las fracciones del PAN y el PRI en el Senado cuál sería el sentido de su voto.
Miguel Osorio Chong no titubeó y dijo que todos a favor.
El panista Mauricio Kuri González dijo que en contra, con excepción de Damián Zepeda y Xóchitl Gálvez; al final, se les unió un tercero, Roberto Juan Moya Clemente.
“Había tres más a favor en el PAN, pero los tenían amarrados con la amenaza de la expulsión’’, comentó Ricardo Monreal.
Para citar a un clásico, “haiga sido como haiga sido’’, el zacatecano logró una mayoría -99 votos a favor, 22 en contra y una abstención-, algo que hasta el viernes pasado parecía imposible por la resistencia de la oposición.
¿Qué cedió Morena para que finalmente PRI, PAN, PRD y MC aceptaran la controversial ley?
Primero el cambio de fecha.
Del dictamen original, que proponía celebrar la consulta de revocación el día de las elecciones intermedias, pasó al mes de febrero de 2022.
El proceso es el siguiente: en noviembre de 2021 deberán recolectarse las firmas equivalentes a 3% del padrón electoral para enviarlas al INE, antes del 15 de diciembre.
A partir de recibir las firmas, el INE dispondrá de un periodo de 20 días para convocar a la consulta de revocación, que se realizará en febrero, entre los días 21 y 22.
Segundo, Morena aceptó que la consulta para la revocación no fuera convocada por el Ejecutivo, como originalmente estaba planteado, sino por los ciudadanos.
Tercero, el organizador será el INE y no “organismos civiles o ciudadanos’’ como se planteó originalmente.
Para el panista Damián Zepeda estas modificaciones se convirtieron en una victoria completa “pues se incluyó el 100% de las reformas que propusimos’’.
No pensaron sus compañeros de partido Gustavo Madero y Julen Rementería, que acusaron que la iniciativa será utilizada por Morena y López Obrador para intentar perpetuarse en el poder.
Rementería recordó que esta figura –la revocación de mandato-, solo se ha utilizado en dos países, en Venezuela y en Bolivia, en donde el presidente Evo Morales va por su tercer reelección el próximo domingo.
“Y todo comenzó con la revocación’’, recordó.
La ley está aprobada; el tiempo dirá quién tuvo la razón a la hora de votar.
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Una nueva masacre ocurrió ayer, esta vez en Iguala, Guerrero, y con los pocos datos oficiales disponibles a esta hora, le tocó al bando de los malosos poner los cadáveres.
Aparentemente se trató de un enfrentamiento entre militares y civiles armados; hay el reporte de un soldado fallecido y 14 integrantes de un presunto grupo delincuencial muertos.
A lo mejor tenía razón Olga Sánchez Cordero, quien dijo que esas matanzas ocurren todos los días, a todas horas en todo el territorio nacional.
La normalización de las masacres.
Y el gobierno se niega a cambiar la estrategia, si es que tiene una.
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En la telenovela –mala, por cierto, en la que se ha convertido la selección de los delegados de Morena al congreso nacional, en donde se elegirá a su nuevo presidente, ayer se dio un nuevo capítulo.
El fundador de Morena en Quintana Roo, Erick Sánchez Córdova, denunció ante las autoridades electorales a la presidenta municipal de Cancún, Mara Lezama, por su intromisión y utilizar la infraestructura de del municipio para comprar votos que beneficien a sus candidatos a delegados a la asamblea morenista.
Lezama ha hecho mancuerna con Yeidckol Polevnsky, a quien pretende beneficiar en la elección de delegados que debe ocurrir este domingo.
¿Qué pensará el jefe de ambas, López Obrador?