Foto: Reuters "He dicho en muchas ocasiones que la violencia no nos dará la solución. La violencia sólo engendraría más violencia"  

Carrie Lam, la contestada líder de Hong Kong, descartó el martes hacer concesiones a los manifestantes a favor de la democracia ante la escalada de la violencia, que según la policía es ahora “potencialmente mortal” tras la detonación de un pequeño explosivo.

 

“He dicho en muchas ocasiones que la violencia no nos dará la solución. La violencia sólo engendraría más violencia”, dijo Lam en una conferencia de prensa. “Hacer concesiones simplemente por la escalada de la violencia sólo empeorará la situación. Por otro lado, debemos considerar todos los medios para poner fin a la violencia”, agregó.

 

Los manifestantes tienen cinco reivindicaciones principales, que incluyen el sufragio universal y una investigación independiente sobre la actuación de la policía contra los manifestantes, que consideran excesiva.

 

Hong Kong se ha visto sacudida por cuatro meses de disturbios, con concentraciones multitudinarias y a veces violentas que han sido respondidas por la policía con gases lacrimógenos, cócteles molotov y munición real, en medio de preocupaciones de que Pekín esté ampliando su control sobre la ciudad y erosionando derechos democráticos.

 

La violencia ha escalado desde que el gobierno puso en vigor poderes de emergencia de tiempos coloniales el 4 de octubre.

 

En la noche del domingo, manifestantes y policías se enfrentaron en batallas callejeras en centros comerciales y en las calles. Activistas vestidos de negro lanzaron dos cócteles molotov contra una comisaría.

 

Un artefacto explosivo artesanal, que según la policía era similar a los usados en “ataques terroristas”, fue activado de forma remota al paso de un auto policial y mientras los agentes limpiaban las barricadas callejeras.

 

Un estudiante de 18 años fue acusado también de atacar a un agente con una cuchilla, con la intención de causarle graves daños. La policía ha arrestado a más de 2.300 personas desde junio, cuando el conflicto escaló, y muchos de ellos son adolescentes de hasta 12 años, según Lam.

 

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