Foto: Especial Luego de recibir el fluido vaginal de las donantes, cuatro de las cinco pacientes experimentaron una avanzada mejoría hasta 21 meses después del tratamiento  

Científicos han descubierto que algunas de las infecciones pertinaces se producen por un desequilibrio en el ecosistema de microbios que viven en una parte del cuerpo. Cuando se debilitan las bacterias buenas, que son la mayoría de las que conviven con los humanos a diario, las malignas pueden tomar el control y hacer daño.

 

La transferencia del ecosistema de una persona sana, por medio de un trasplante de heces, muestra gran efectividad para acabar con infecciones intestinales contra las que no sirvieron los antibióticos.

 

La revista Nature Medicine fue la encargada de publicar los resultados de un nuevo descubrimiento para tratar las infecciones resistentes a antibióticos con un trasplante de microbios.

 

La finalidad de los investigadores, encabezados por Eran Elinav, del Instituto Weizmann en Rejovot, Israel, fue tratar a cinco mujeres con infecciones vaginales que no reaccionaban a otros tratamientos.

 

La bacteriosis vaginal es una alteración de las comunidades microbianas de la vagina en las que algunas especies de Lactobacillus, bacterias que predominan normalmente en esa parte del cuerpo, se ven superadas por otros problemas.

 

Una de cada tres mujeres pueden padecer esta alteración, aunque en muchos casos no se presentan síntomas. Al menos un 16% de las infectadas presentan malos olores, además de que aumenta el riesgo de problemas durante el embarazo o podrían contraer enfermedades de transmisión sexual.

 

Cuando estas infecciones se tratan con antibióticos, sólo el 30% recae en los primeros tres meses luego del tratamiento inicial y hasta un 70% pueden volver a tener síntomas un año después de tomar antimicrobianos.

 

En algunas pacientes se introdujeron algunos tipos de Lactobalillus para restaurar el equilibrio, sin embargo, los resultados no han sido claros, detalló el artículo Elinav junto con sus colegas.

 

La alternativa que ofrecen los científicos e investigadores israelís es transferir el microbioma de mujeres sanas a cinco pacientes de entre 27 y 47 años que habían tenido cuatro o más incidentes de vaginosis durante el año anterior. Todas las pacientes coincidieron en que las infecciones les habían provocado “consecuencias devastadoras” en sus relaciones, autoestima e intimidad sexual, además todas necesitaron tomar una gran variedad de antibióticos de manera regular para no sufrir por los síntomas.

 

Luego de recibir el fluido vaginal de las donantes, cuatro de las cinco pacientes experimentaron una avanzada mejoría hasta 21 meses después del tratamiento; mientras que la quinta, gozó mejora instantánea, pero terminó recayendo.

 

Elinav y su equipo desean perfeccionar esta técnica en un estudio amplio que se desarrolle en centros médicos para confirmar que el tratamiento sea seguro y que funcione mejor que el placebo, pues aún no se conocen los efectos a largo plazo de estos trasplantes de microbiota.

 

MGL