ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Una de las principales causas para terminar con el tejido social es el miedo. La desconfianza del vecino y hasta del familiar. El temor a ser afectado por los intereses de otro, sea quien sea.

 

Es decir, la impunidad que coronaba en los gobiernos pasados ha terminado. Cada delito un castigo, cada castigo será una sentencia justa.

 

Así, quienes le apostaron a derribar al actual gobierno a partir de la ponderación de la inseguridad, incluso participan en la perpetración de delitos para desvanecer las simpatías por el nuevo gobierno que se encamina a un nuevo régimen.

 

Anteriormente la justicia se mostraba en el violento disfraz de la represión que en realidad significaba la imposición del miedo a la población. Sin delito o con delito cualquier mexicano estaba expuesto a la represión.

 

La represión era el arma para exterminar cualquier intento de organización social, se trataba de inhibir protestas. Ahora, la delincuencia será atacada con lujo de cuidado a los derechos humanos.

 

Estos no son los derechos que protegen a los delincuentes, sino los que deben protegerse que son los de la ciudadanía. Las víctimas quieren justicia y la tendrán, para ello debe haber investigaciones reales, serias y profundas.

 

La Ciudad de México empezaba a menguar su seguridad, en gran parte promovida por extrañas fuerzas que en su intención de desgastar al gobierno terminaron por desgastarse a sí mismas.

 

Esta vez llega a proteger a la población un elemento que no sólo ha aprobado las pruebas académicas más difíciles en la capacitación policiaca, sino que lleva en la sangre la vocación de salvar a la población de la delincuencia, cualquiera que sea su origen y propósito.

 

Claudia Sheinbaum, nombró a Omar Hamid García Harfuch como nuevo jefe de la Policía, nieto de uno de los hombres más importantes de la historia de nuestras fuerzas armadas.

 

Ha sido nombrado para cuidar de la integridad física y psicológica de los capitalinos un joven que, a pesar de su edad, sabe cómo resolver casos difíciles. Y no por la complejidad de sus acciones sino por la profundidad de sus raíces que bajo la tierra podrían entrelazarse con intereses poderosos, como sucedía en el pasado.

 

García Harfuch nació en 1982 en Cuernavaca, Morelos, es nieto del general Marcelino García Barragán e hijo de Javier García Paniagua, extitular de la Dirección Federal de Seguridad, y de la actriz María Sorté.

 

Omar Hamid García Harfuch es licenciado en Derecho y Seguridad Pública, además cuenta con estudios acreditados por instituciones de Estados Unidos, como la Administración de Control de Drogas, la Academia Nacional del FBI, la Universidad de Harvard, entre otras.

 

Ha participado en diversos cursos internacionales entre los que destacan el Diplomado Senior Executive in National and International Security, impartido por la Universidad de Harvard, el Seminario para el desarrollo de Ejecutivos – Agentes del Orden del Gobierno de la República Mexicana-, impartido por el FBI y la capacitación en Narcotics Unit Commanders Course, impartido por la DEA.

 

En 2008 ingresa a la Policía Federal donde por nueve años fue consolidando su carrera, primero como Jefe de Departamento, Subdirector de Área, Director de Área, Director General, Coordinador Estatal de la Policía Federal, hasta llegar a ocupar el cargo de Jefe de División de Investigación.

 

Fue condecorado en dos ocasiones por la Policía Federal, la primera en el año 2012, al Mérito Policial Segunda Clase y en 2014 al Mérito Policial Primera Clase, ambas por su participación en acciones y resultados sobresalientes.

 

Omar Hamid García Harfuch estuvo designado a la División de Gendarmería; de noviembre de 2016 a mayo de 2019 fue titular de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República, ahora Fiscalía General de la República.

 

El pasado 15 de junio asumió el cargo de jefe general de la Policía de Investigación y coordinador de Inteligencia del Gabinete de Gobierno y Seguridad de la Ciudad de México.

 

García Harfuch fue responsable de encabezar los operativos de captura de los líderes de los grupos criminales La Unión Tepito, Fuerza Anti-Unión y Cártel de Jalisco Nueva Generación en la Ciudad de México.

 

En cuanto al combate a grupos delincuenciales, el 19 de agosto la PDI detuvo, en la alcaldía Iztapalapa, a dos personas identificadas como Daniel “N” y César “E”, de 28 y 44 años respectivamente, quienes trabajaban para el grupo delincuencial denominado La Anti Unión de Tepito, y aseguró aproximadamente 340 kilogramos de marihuana.

 

Llevó a cabo acciones en contra el secuestro. El 14 de agosto, la PDI liberó a un médico español víctima de secuestro y aseguró a dos de sus plagiarios, en el municipio de Temamatla, Estado de México.

 

El 19 de septiembre, agentes de la Policía de Investigación, detuvieron a José Luis “N” y Daniel Esteban “N”, sujetos acusados del delito de homicidio calificado en contra de un taxista de la Ciudad de México. Entre otras muchas acciones exitosas.

 

La Ciudad de México empezará a sentirse más tranquila y el resto del país también deberá tener un cambio ante la experiencia y eficacia de un proyecto que seguramente redundará en la integración, sin temores, de una población que volverá a ser solidaria y dejará de desconfiar de sus vecinos, será amigo del que antes desconfiaba y desconfiará de quien deba hacerlo. PEGA Y CORRE. – ahora que está de moda la acusación ante la abuelita y la madre, sería bueno que se le acusara a un gobernador que no mide las consecuencias de su decir y menos de su actuar. Porque ha responsabilizado hasta a su abuelita del nepotismo que hay en el gobierno de su estado, y del que nadie quiere quitar el dedo del renglón… Esta columna se publica los lunes miércoles y viernes.

angelalvarop@hotmail.com

 

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