Este año será recordado no sólo por el cambio de partido en la Presidencia, sino porque será un año perdido en lo económico y en lo político.

Las cifras sobre la caída del empleo, de la inversión pública y privada, del subejercicio del gasto –247 mil millones de pesos hasta agosto pasado–, la crisis por el desabasto de medicamentos y el incremento sustancial de los índices de delincuencia son irrebatibles.

La estrategia del presidente López Obrador –si es que la hay–, se ha centrado en el tema del combate a la corrupción, la cual, dijo ha sido erradicada.

En campaña, López Obrador aseguró que con el fin de la corrupción el país obtendría 500 mil millones de pesos.

Ya se acabó la corrupción –aunque sea por decreto– y no se ven los 500 mil millones prometidos.

Prometió vender el avión presidencial –aunque “vender” es inexacto porque fue adquirido mediante arrendamiento financiero–, para atender problemas de las comunidades más pobres.

El avión sigue en un hangar en Los Ángeles, sin “venderse”, generando gastos para el Gobierno; ello no ha impedido al jefe del Ejecutivo seguir prometiendo progreso con cargo a la venta frustrada.

López Obrador también ha firmado compromisos con empresarios para invertir decenas de millones de dólares “para impulsar la economía” y no se ve que haya un peso circulando de esas millonarias promesas.

La economía no crece; no hay inversión en infraestructura, pero seguimos festejando que las remesas enviadas por los mexicanos en el extranjero, principalmente Estados Unidos, rompan récord cada mes.

La explicación más recurrida por el propio mandatario y sus seguidores “es que les dejaron un cochinero”; él lo conoció con el largo período de transición presidencial.

De hecho, ningún Presidente electo tuvo, desde el día posterior a su elección, en Gobierno en sus manos; Peña claudicó ese día a favor de López Obrador.

Es el primer año, dicen.

Ténganme paciencia, pide.

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La bancada de Morena en el Senado no tendrá mayor problema para aprobar, en la sesión de mañana, la renuncia de Eduardo Medina Mora como magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Sólo se requiere de la mayoría simple, que tienen sobradamente Morena y sus socios, así que aún cuando el PAN o el PRI se opongan, no lograrán evitar que se concrete el trámite.

Lo que sigue es lo que realmente importa.

A partir de que el Senado ratifique la renuncia del magistrado, el Ejecutivo tiene 30 días improrrogables para enviarle la terna de los prospectos.

Se sabe que Morena pretende que sea una mujer y que ya se lo hicieron saber al Presidente.

¿Quiénes serán las abogadas simpatizantes o militantes de Morena que figurarán en esa terna?

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La negociación con taxistas se le ha hecho bolas a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Las negociaciones no han avanzado a pesar de que los servicios de transporte público ya pagan un impuesto a la Ciudad y algunos federales.

Pero los taxistas aseguran que siguen en desventaja, pues a ellos se les obliga a pasar revista, verificación, comprar taxímetros, adquirir un seguro hasta cambiar el color de los vehículos de acuerdo al humor de cada gobernante.

La Jefa de Gobierno dijo ayer que no entendía por qué hoy los taxistas estrangularán la circulación en la capital y los choferes le respondieron que “porque no cumplió los acuerdos”.

No sabemos a qué acuerdos se refieren los taxistas, ni siquiera si hay una mesa de negociación.

Hoy por lo pronto, tome sus precauciones para superar el caos.

Ojo, no bloquearán los accesos al ciudad, simplemente hará una “rodada” a paso de carrusel por las principales vías capitalinas para protestar.