Foto: Cuartoscuro/ Archivo Se expuso que este era el proyecto para la Arquidiócesis de México desde 1988 con el cardenal Ernesto Corripio, y renovado en 1995 con la llegada del cardenal Norberto Rivera  

La Arquidiócesis de México que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes, confía en que con la creación de las tres nuevas diócesis: Azcapotzalco, Xochimilco e Iztapalapa, “los obispos estén más cerca de sus presbiterios y sus parroquias, que los presbíteros estén mejor organizados para el servicio pastoral”.

En la editorial que publica en el semanario Desde la Fe menciona que el desafío de la Iglesia en las grandes megalópolis es cómo atenderlas mejor desde el punto de vista pastoral. Ejemplo de ello -continuó- París, San Pablo o Nueva York, se han organizado con nuevas diócesis dentro de la misma ciudad.

Justificó que la división obedece a dos motivos: el primero, el crecimiento poblacional en un territorio, “de tal forma que para ser mejor atendida la comunidad por el obispo, debe reducir su espacio”.

El segundo -el que considera más importante teológicamente hablando- “es que un obispo es, a título pleno, ‘sucesor de los apóstoles’, hecho remarcado por el Concilio Vaticano II, de tal forma que no debería haber, en lo posible, una sujeción de un obispo hacia otro, ya que ambos participan del mismo ministerio apostólico”.

Expuso que este era el proyecto para la Arquidiócesis de México desde 1988 con el cardenal Ernesto Corripio, y renovado en 1995 con la llegada del cardenal Norberto Rivera, “aunque en ese momento se optó por otro modelo que, sin duda, produjo muchos frutos.

Recordó que la Arquidiócesis de México, fundada en el siglo XVI, tenía un territorio tan grande que “Sin embargo, en una sana eclesiología no puede haber un ‘super obispo’ con ocho obispos auxiliares, o con diez o más, al contrario, cada obispo debe ser cabeza de su propia Iglesia local, y ‘esta diversidad de Iglesias locales, con un mismo objetivo, muestran muy claramente la catolicidad de la Iglesia indivisa’”.

Indicó que los fieles laicos, las religiosas, los religiosos, los diáconos y los presbíteros, “todos en unidad y comunión con el obispo diocesano formamos la única Iglesia local, que es signo y realización concreta de la Iglesia universal”.

 

CS