Foto: Creative Commons La investigación supone que se tienen diferentes fuentes de contaminación, lo que hace difícil el solucionar este problema  

Diversos estudios han demostrado que los microplásticos están en prácticamente todos los ecosistemas marinos, pero resulta más alarmante el descubrimiento de partículas de hasta cinco milímetros en las heces de los pingüinos de la Antártida.

Este material se encuentra en los productos de belleza y de baño, jabones para exfoliar, entre otros, muchos de los cuales viajan por el aire, los océanos y sus sedimentos, la lluvia, la nieve, las capas de hielo, incluso en las bolsitas de té y el agua potable.

Según un estudio publicado este miércoles en la revista Scientific Reports, los investigadores del Centro de Ciencias Marinas y Ambientales (MARE) de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad portuguesa de Coimbra, confirmaron que este tipo de contaminación ya es parte de la cadena alimentaria marina.

Llegaron a esta conclusión luego de tomar y analizar muestras fecales de los pingüinos de la especie Pygocelis papua, los cuales habitan dos regiones de la Antártida.

Determinaron que el 20 por ciento de las 80 muestras contenía microplásticos (partículas de plástico de una longitud menor a cinco milímetros) de varios tipos, formas y colores.

De acuerdo con la publicación de la revista científica, que tiene una de sus principales sedes en Londres, gracias a los esfuerzos por conocer más sobre el tema es que se han encontrado micropartículas de plástico en áreas remotas del planeta.

Para una de las autoras del artículo, Fillipa Bessa, es alarmante que éstos ya hayan llegado a la Antártida. “Nuestro estudio es el primero en registrar microplásticos en pingüinos y en la cadena alimentaria marina antártica”.

Destacó que la variedad encontrada en los pingüinos podría suponer que se tienen diferentes fuentes de contaminación, lo que supone difícil solucionar este problema.

Mientras que, el investigador José Xavier, otro de los autores, afirmó que “este estudio llega en el momento adecuado, porque los microplásticos pueden tener efectos tóxicos en los animales marinos y no se sabe nada sobre lo que podrían causar en los animales de la región antártica”.

Por ello, el profesor del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Coimbra, señaló que “este descubrimiento es muy importante para desarrollar nuevas medidas para reducir la contaminación antártica, particularmente en relación con los plásticos, y podría servir de ejemplo para otras regiones del mundo”.

Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado a que se haga una evaluación exhaustiva de la presencia de microplásticos en el medio ambiente y sus efectos en la salud de las personas, además instó a reducir la contaminación por plásticos.