Foto: Cuartoscuro/Archivo La propuesta convierte a los participantes en vigilantes sin autoridad y no han a quién reclamar algún daño  

El llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador para que los ciudadanos formen cordones de paz y así evitar actos vandálicos durante la marcha en conmemoración de los 51 años de la matanza del 2 de octubre de 1968 es loable, pero es ingenuo, consideró Francisco Rivas director del Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad.

 

“Me parece coherente, pero al mismo tiempo es de una ingenuidad extrema cuando estamos viendo grupos que se cuelan prácticamente en todas las manifestaciones, por ello me parece muy difícil que esto se cumpla, ¡qué buena intención”, pero ¿dónde están los derechos a las personas y a la propiedad ajena?, no se ve qué tanto pueda funcionar”, manifestó Rivas a 24 HORAS.

 

 

Para Erubiel Tirado, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana, el Gobierno está entregando a los integrantes de los cordones de paz una atribución de seguridad que debería de ser por parte de las autoridades.

 

“En ese sentido estaríamos hablando de un esquema parapolicial, simplemente es política ilegalmente irresponsable, es decir, si a mí me dañan cuando asista a la marcha, ¿a quién le reclamo? al cordón de paz o a la autoridad. Me parece grave que el Presidente sugiera que estos cordones encapsulen a los violentos”, apuntó el académico.

 

Comentó que dentro de este esquema de los cordones, posiblemente existan funcionarios “disfrazados” o beneficiarios de los programas sociales, y que en realidad estarían al servicio del Gobierno.

 

Tirado indicó que estas acciones generarían una duplicidad: primero, de la función, y segundo, “presenciaríamos un experimento de control social y político muy grave”.

 

“Ellos se convertirían en vigilantes sin autoridad, además, pudieran ejercer violencia tolerada por las autoridades, ese podría ser el riesgo. El Gobierno debería garantizar que las manifestaciones transcurran sin violencia y pacíficas”, apuntó.

 

Por su parte, Javier Oliva Posada, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en materia de Fuerzas Armadas, recordó que, en el discurso del mandatario de no represión, ya hay tres soldados asesinados en Guerrero y otro tipo de acciones criminales que requiere la respuesta física del estado.

 

 

 

fahl