El regreso de lo clásico se puede vivir desde el nombre del inmueble, Teatro Helénico, donde la puesta en escena plasma la obra de Shakespeare, Tito Andrónico. En el intento de avivar lo escrito hace más de 400 años, Titus, es un retrato de la decadencia en el hombre, su instinto por abatir al otro, el peso de la mentira y la traición.

A lo largo de las casi dos horas de duración, la tragedia expone la violencia desde dimensiones diferentes, como el amor fraterno, pasional, la envidia y la venganza. Bajo la dirección y adaptación de Angélica Rangel, Titus es también una semblanza del ahora, donde el personaje de Lavinia ejemplifica en su sufrimiento el panorama de violencia actual.
Con actores ya conocidos en el mundo teatral como Inés de Tavira dándole vida a Lavinia, quien tuvo participación en la última temporada de La Orestiada, a los que se suman Pablo Perroni como Aaron, Yuriria del Valle como Antonia y Antonio Vega como Saturnino, combinados con el vestuario, música y escenografía, Titus da el aspecto de haberse escrito hace poco.  La antagonista de la obra, Tamora, interpretada por Nailea Norvino, demuestra que el mal puede superar cualquier estatuto moral en medio de una narrativa grotesca.

Más de allá de ser sólo una obra entretenida, Titus es una pieza que incita a la reflexión, crítica y análisis, con intermitentes momentos de humor negro e incomodidad constante. Mauricio García Lozano, quien da vida al personaje principal, es el claro el vestigio de que las malas intenciones y decisiones, pueden traer catastróficas consecuencias y afectar a terceros.

Titus bajo el lema de “La venganza se cocina a fuego lento” se presentará, hasta el 10 de noviembre, en el Teatro Helénico, ubicado en Revolución 1500, en la colonia Guadalupe Inn al Sur de la Ciudad de México. Los jueves y viernes a las 20:30 horas, sábados a las 18:00 y 20:30 y domingo a las 18:00 horas. Los costos van desde los $200 hasta los $450.

PL