Hay que estar informados y proteger nuestros derechos político-electorales.

En México todos los ciudadanos tienen derechos político-electorales. Todos conocen que existe el derecho de votar y ser votado, ésta es una prerrogativa que se le reconoce a los ciudadanos. Sin embargo, también existen otros derechos asociados a la participación política, como el derecho de afiliación. Este derecho está establecido en el Artículo 41, fracción I, en donde se menciona que los ciudadanos y ciudadanas podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos.

Lo anterior supone un reto, ya que hasta el momento, no todos los ciudadanos pueden afiliarse de manera libre a cualquier partido político. En el caso de Morena, la afiliación permanece cerrada desde el año pasado. Esto se debió a una estrategia del partido para evitar afiliaciones en bloque o afiliaciones corporativas, o como lo comentó la presidenta nacional, Yeidckol Polevnsky, para evitar a personas “con otros intereses”. Se espera que después de las elecciones de la dirigencia nacional que está por renovarse en noviembre del presente año —y una vez establecidas las reglas de afiliación con los filtros pertinentes—, se abran nuevamente las afiliaciones y acepten a nuevos militantes. Desde mi perspectiva, esto debería de suceder antes de las elecciones.

Una manera de fortalecer la democracia en nuestro país es asegurar que cualquier persona que desee estar afiliado a algún partido lo pueda hacer, de lo contrario, ¿si no hay cabida para los ciudadanos que desean organizarse, a donde van a ir? Sin duda, la medida que tomó la dirigencia nacional era para evitar la posible infiltración de enemigos maliciosos dentro del partido. Y es cierto que habrá algunos oportunistas que deseen ingresar para obtener un beneficio personal y no del movimiento.

En ese sentido, valdría la pena que se establecieran en los estatutos, varios mecanismos para que impedir que este tipo de personas obtengan siquiera algún espacio de representación. Ya que estos los deben obtener personas honestas, con una trayectoria limpia y que comulguen con el proyecto del presidente. Es normal que todos quieran estar con el partido ganador, pero considero que hay mucha gente que de manera honesta desea estar en el mismo partido del presidente. Eso se demuestra en todos los actos públicos, como el 15 de septiembre, en el que gritaron su nombre a todo pulmón en el Zócalo capitalino.

Se tiene que aprovechar que actualmente hay gente que cree en el proyecto y que se sienten representados por el presidente y por los valores que enarbola, como la honestidad, el rechazo a la corrupción y a las viejas prácticas de hacer política. No puede ser que haya dos vías, que por un lado, la gente se sienta representada y quiera participar, pero por el otro, que la afiliación esté cerrada y no haya manera de refrendar ese apoyo.

Al tener cerrado el padrón de afiliados se limita la representación de la mayoría y la toma de decisiones se reduce, a sólo unos cuantos, que incluso pueden tener diferencias con el proyecto del presidencial. La diversidad debe ser amplia, esa fue una fortaleza de este gran movimiento que logró convencer a mucha gente, incluso más que la del número de afiliados con los que contaba hasta las elecciones del año pasado.

Es indiscutible que existe una gran diferencia entre el número de militantes y los que votaron. En total, fueron 31 millones de personas las que votaron por AMLO. Lo deseable es que esas personas pudieran formar parte del proyector político por la vía institucional. Por ello, debería abrirse el padrón a todos, para que puedan participar en la elección de la dirigencia, ya que la limitación quedó obsoleta desde las elecciones. Hay millones que quieren participar, Morena no se puede dar el lujo de desdeñar ese apoyo.

* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).