Aunque no a su mano derecha sino izquierda, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, fue el primer funcionario del gabinete a quien se vio salir en los balcones de Palacio Nacional para observar el espectáculo pirotécnico que se encendió tras el Grito de Independencia.

Mientras el Presidente, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez disfrutaban del espectáculo en el balcón central de Palacio Nacional, el canciller junto con su esposa Rosalinda Bueso hacían lo mismo en el balcón contiguo, en el cual también estaba el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, igualmente con su esposa.

En el resto de los balcones de los salones de Recepciones y Emperadores, también estuvo presente el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Saldívar Lelo de Larrea; la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Las secretarias de Bienestar, Función Pública, María Luisa Albores e Irma Eréndira Sandoval, respectivamente, también se les observó en los balcones, así como al secretario de Agricultura Víctor Villalobos.

Contrario a como se observaba en los gritos de Independencia de ex presidentes Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón o Vicente Fox, López Obrador no invitó a ninguno de sus cuatro hijos a acompañarlo en el balcón central de Palacio Nacional.
Tras la conclusión del espectáculo pirotécnico, el mandatario comenzó a despedirse de la plaza del Zócalo, que congregó a 80 mil visitantes, alzando la mana derecha en señal de adiós, mientras que su esposa Beatriz Gutiérrez, quien estaba ataviada con un vestido verde esmeralda con encaje negro, respondía los ¡sí se pudo! que externaban algunos de los presentes con el pulgar en alto y asintiendo con el rostro.

Adentro, en el Patio Central de Palacio Nacional, el mandatario siguió el festejo con menos de 500 invitados entre el cuerpo diplomático acreditado en México.

La decoración se hizo como tipo kermes, pues se colocó papel picado y puestecitos donde se ofrecía desde tamales, tostadas de picadillo y chicarrón en salsa verde.

 

DAMG