Foto: Captura de video El CDH de Nuevo Laredo denunció que la muerte de ocho personas durante un supuesto enfrentamiento entre civiles armados y policías del estado, se trató en realidad de una ejecución extrajudicial  

El Comité de Derechos Humanos (CDH) de Nuevo Laredo denunció que la muerte de ocho personas durante un supuesto enfrentamiento entre civiles armados y policías del estado, se trató en realidad de una ejecución extrajudicial.

 

A las 4:00 horas del pasado 5 de septiembre, agentes del Centro de Análisis, Información y Estudios de la Policía de Tamaulipas habrían sacado de su domicilio en la colonia Buena Vista a Fernando Hernández Viesca, de 19 años de edad.

 

Asimismo, otras tres personas fueron sacadas de sus casas en la colonia Buenos Aires.

 

De acuerdo con grabaciones, los agentes viajaban a bordo de un convoy de camionetas blancas.

 

 

Al amanecer del mismo 5 de septiembre, las autoridades informaron de un enfrentamiento entre elementos de Inteligencia y de la Policía Estatal con presuntos integrantes del Cártel del Noreste, en la colonia Valles de Anáhuac.

 

Los hechos dejaron como saldo a cinco hombres y a tres mujeres abatidos; quienes estaban vestidos con uniformes similares a los de las fuerzas armadas.

 

En el lugar fue asegurada una camioneta Tundra color negro, con blindaje casero, así como 15 armas largas y una corta.

 

De acuerdo con testimonios obtenidos por En Punto, en el lugar no ocurrió un enfrentamiento, sino una probable ejecución extrajudicial.

 

Una sobreviviente de la balacera, identificada como Kassandra Treviño, aseguró que le perdonaron la vida ya que tenía a su bebé en brazos.

 

“Estábamos dormidos, eran las 7 de la mañana, casi iban a ser las 8, cuando de repente tumbaron la puerta. Mi papá corrió conmigo y con la niña, cuando lo regresaron a golpes pa’tras”.

 

“Yo me iba a salir cuando se metieron cinco conmigo al cuarto. Que me tapara, que no les mirara la cara. Y a mi papá lo tenían allá en la cocina golpeándolo y le decían que sacara las armas, que sacara las armas. Mi papá decía ‘No señor, yo no sé de qué está hablando. Yo trabajo en la Coca, tengo mi gafete, tengo mi uniforme’. Le decían que no se hiciera pendejo, que las sacara y lo estaban golpeando en la cocina”.

 

Aseguró que los agentes vestidos de negro no se identificaron ni mostraron orden de cateo alguna.

 

Narró que a su papá lo sacaron de la casa y lo vistieron con ropa tipo militar.

 

“Yo vi cuando le pusieron el pantalón, las botas y le pusieron casco, casco negro le pusieron”.

 

Otra de las personas que habrían sido llevadas por los oficiales, se encontraba Jenifer, estudiante del Estado de México y recién llegada a Nuevo Laredo en compañía de su novio.

 

Además de Juana Yetzel, sexoservidora de 20 años de edad y con dos hijas, proveniente de frontera Coahuila.

 

El Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo afirma que el vehículo decomisado fue arrastrado por una grúa de tránsito municipal hasta el sitio del supuesto enfrentamiento.

 

Se indicó que la camioneta se hallaba a 5 kilómetros de distancia originalmente, pero fue llevada y escoltada por diferentes colonias y terminó en el sitio de los hechos.

 

El Comité de Derechos Humanos explicó que el conductor de la grúa fue amenazado para que realizara el movimiento.

 

 

 

Con información de Noticieros Televisa

 

fahl