Si la variedad de recursos tiene premio aquí hubo un buen ejemplo. Matteo Berrettini avanzó a las semifinales del US Open, demostrando un convencimiento absoluto a sus 23 años. El romano, cabeza de serie 24 en Flushing Meadows, necesitó cinco pelotas de partido para batir por 3-6, 6-3, 6-2, 2-6, 7-6 en tres horas y 54 minutos al francés Gaël Monfils para extender una participación inolvidable en Nueva York. Una realidad ha quedado clara en la Gran Manzana: la candidatura del italiano ya es una seria realidad.

El triunfo de Berrettini es un hito de fuerza nacional. El romano se ha convertido en el cuarto jugador italiano en alcanzar una semifinal de Grand Slam en la Era Abierta (desde 1968), siguiendo los pasos de Adriano Pannatta, Corrado Barazzutti y Marco Cecchinato.

El partido respondió a las expectativas generadas por dos jugadores desatados. Si Monfils había asombrado a Nueva York con su juego de contención y contragolpe, Berrettini extendió su crecimiento desde una variedad que el público supo admirar ronda a ronda. Un clásico de los grandes torneos ante una nueva cara en el gran escenario.

La mayor experiencia de Monfils en estas rondas marcó la diferencia en los albores del partido. El francés pronto encontró el ritmo de juego, dominando a un rival que se enrocó en pegar durísimo cada pelota. En esa dinámica de alto riesgo, las piernas de Monfils se encargaron de ir recolectando errores hasta asumir el primer set a su favor.

El italiano, que supo resolver hasta tres partidos en cuatro mangas durante la primera semana, no se amilanó por haber entregado el primer parcial. Más bien lo contrario. Acostumbrado a bregar punto a punto en Nueva York, el abanico de golpes de Matteo volvió a brillar. Su revés cortado fue una maravilla, fundamental para romper el ritmo de fondo de Monfils.

Cuando Berrettini introdujo múltiples ritmos al partido comenzó a romper la resistencia de fondo de Monfils, un jugador que navega como pocos si recibe agresividad en cada golpe. Así, y alternando la pelota rasa de su revés cortado con la potencia de su derecha y servicio, Berrettini logró ofreció un juego difícil de intuir a su rival hasta controlar la segunda manga. Aunque Monfils llegó a colocarse 2-0, con set y rotura a su favor, la versatilidad del romano terminó igualando el partido.

El equilibrio de fuerzas trajo los momentos más vibrantes del partido. Berrettini consiguió tomar ventaja por primera vez en el Estadio Arthur Ashe, resistiendo contra viento y marea a cualquier situación. El italiano levantó una pelota de rotura para situar el 4-2, aceptó el encendido de las luces a pedido de Gaël y apretó los dientes cuando la amenaza de lluvia hizo cerrar el techo, cambiando por completo las condiciones del partido.

En la asepsia del juego a cubierto, la comodidad del italiano fue en aumento y también las imprecisiones de Monfils. En un juego marcado por las dobles faltas del francés, una colosal derecha paralela de Berrettini hizo saltar por los aires el servicio de su adversario. Con 5-2 y pelotas nuevas, Matteo se encargó de poner el sello al tercer parcial. Su gestión de los ángulos con la derecha fue una clave en el cierre de este set, rompiendo por completo la defensa del galo.

Que Monfils asume cualquier combate de fondo no es ningún secreto. La desventaja en el marcador pareció espolear al francés, que presionó como nunca a su rival. Tras llegar al deuce en su primer turno al resto, hizo lo imposible en la siguiente oportunidad. Monfils rompió el saque de Berrettini en el juego más largo del partido, insistiendo hasta la quinta pelota de rotura para situar el 3-1. Allí se notó la fe del galo, firmando un 88% de efectividad con primer saque para mantener la distancia y enviar la batalla a la quinta manga.

En esas alturas de partido el drama estaba asegurado. Y la grada asistió a un manojo de nervios. Berrettini tomó ventaja de inmediato y fue el jugador que coqueteó con la victoria. El italiano atravesó todo un vía crucis, porque perdió tres pelotas de partido camino del desempate. Una doble falta le quitó la primera con 5-3 en el marcador. Después, y ejerciendo presión al resto, vio cómo Monfils levantaba otras dos para extender la supervivencia. En el tiebreak, con una gran capacidad de reseteo, la fortaleza del italiano por fin logró alcanzar la meta. Aunque Monfils levantó un cuarto match point con un ace, Berrettini tocó la gloria en Flushing Meadows.

Ahora, y tras dejar una huella tremenda en Nueva York, llegan las rondas más bravas. Gaël Monfils/Matteo Berrettini enfrentará en las semifinales del viernes al español Rafael Nadal o al argentino Diego Schwartzman. Con la copa a dos pasos de distancia, un desafío solo a la altura de los más fuertes en Flushing Meadows.

LEG