A cinco días de haber acontecido el ataque al centro nocturno “El Caballo Blanco”, hoy el lugar se encuentra liberado de los cercos que colocaron casi durante tres días seguidos, y la vida continúa de manera normal para los habitantes de Coatzacoalcos.

 

Durante un último recorrido para corroborar cómo se encuentra el lugar, se pudo apreciar que por ser domingo todos los locales que normalmente abren se encuentran cerrados, mientras que frente al “table dance” sólo están unas cintas que marcan que el sitio está acordonado.

 

Muchos de los vecinos y habitantes del lugar aseguran que se trató de un hecho aislado, ya que no es común que en este sitio se presente este tipo de ataques, aunque en realidad la situación visual indica algo muy diferente.

 

En efecto, “El Caballo Blanco” se encuentra a un edificio de la avenida Ignacio Zaragoza, la cual resulta ser una de las más transitadas por ser céntrica y clave para quienes quieren tomar la carretera Transístmica o para ingresar al puerto de Coatzacoalcos.

 

Por lo mismo, resulta ser una avenida que particularmente está llena de lunes a viernes, toda vez que es cuando Coatzacoaldos se muestra activo y su turismo principal llega, el cual es de trabajo, más que cultural o de recreación.

 

Sin embargo, durante un recorrido entre semana, se pudo corroborar la existencia de muchos locales que han sido cerrados ya de algún tiempo atrás, como lo indica la basura que se acumula a las entradas de las cortinas bajadas o el mismo óxido que corroe los barrotes de seguridad.

 

Resulta peculiarmente curiosa la apariencia que guarda el Mercado Local, conocido como Plaza del Sol y que, a pesar de su tamaño, sólo algunos locales abren, principalmente los de los pasillos de las entradas principales, pero no así su interior.

 

Al ingresar en plan turístico (ya que de otra forma la gente se abstiene de comentar algo por temor), preguntamos por algunos de los comedores familiares que deberían estar hasta el fondo del mercado, a lo que nos responden “solamente hay uno, y los dos locales chiquitos que ve en el centro”.

 

A pregunta expresa sobre la razón de que la mayoría de los locales estuvieran cerrados, los pocos comerciantes comentan que el problema es la inseguridad y el cobro de piso, por lo que muchos de los comerciantes “prefieren perder el negocio que la vida”.

 

Al recorrer los pasillos, resulta triste ver locales de artesanías, sastrería, vertidos, bisutería y otros artículos que se solían vender en este mercado que ofrecía muchos productos locales, cerrados y llenos de herrumbre, además de que el interior se aprecia gris y sombrío.

 

Lo mismo ocurre con otros locales fuera del mercado y en donde se aprecia tanto lugares de acupuntura, una estética para automóviles o incluso un centro de lectura de Tarot, que a leguas se nota que tienen ya algún tiempo cerrados.

 

Aún así, muchos de los habitantes con los que pudimos hablar de manera casual nos comentan: “Aquí es muy tranquilo. Normalmente no pasa nada. Además, los bancos garantizan la presencia policial”.

 

Y sin embargo, algunos no pueden ocultar la tristeza, porque advierten que la inseguridad ha crecido y temen que a partir de este ataque vuelvan a activarse las disputas por el territorio entre los grupos delincuenciales.

 

A pesar de ello, los habitantes de Coatzacoalcos continúan su vida diaria con su peculiar y alegre forma de ser, porque si algo no se les puede quitar, es la cortesía que caracteriza a los veracruzanos.

 

Lejos de la zona donde ocurrió el ataque, las actividades transcurren con la normalidad que caracteriza el domingo, en tanto que para mañana, esperan que nuevamente se reanude la dinámica que suele presentarse en la ciudad.

 

DAMG