La elección del nuevo presidente del PRI se puede –y los priistas deben- leerla de otra manera.

Más allá de las denuncias sobre presuntos actos de mapacheo que se cruzaron los dos principales contendientes, un detalle no debe pasar para el nuevo dirigente –según la exit poll del proceso-, Alejandro Moreno Cárdenas:

¿Cuántos de los 6.7 millones de militantes del PRI, de acuerdo al padrón actualizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), acudieron a las urnas ayer?

Por lo visto en un recorrido por las mesas de votación que se colocaron en la CDMX, pocos, muy pocos.

No es un buen augurio para el ex gobernador de Campeche.

Si bien el discurso de Moreno fue durante la intercampaña el más aplaudido y quizá el que más se apegó a la realidad priista, el gran reto que tiene el ganador de la elección será convencer a esos millones de militantes que desdeñaron la elección de volver a la militancia activa.

Alito dijo en su campaña que el PRI perdió porque se alejó de la militancia, de los que hacen el trabajo de zapa, los que caminan las calles y prometió devolverles su papel de activistas políticos.

“Que sea la militancia la que decida’’, prometió.

Pero para enamorar nuevamente a su base dura, Moreno tendrá que trabajar horas extra.

La prueba del descontento de los propios militantes del tricolor está en el vacío que le hicieron al proceso interno; no creyeron necesario participar porque, fiel a la costumbre tricolor, pensaron que ya estaba definido el ganador.

Contra esas prácticas tiene que luchar Moreno.

Y también por convertir al partido en una oposición real y no la caricatura que ha sido desde hace un año cuando Morena les arrebató el Gobierno.

El PRI no existe como oposición ni en el Senado ni la Cámara de Diputados.

Alito Moreno deberá asumir el papel que nunca quiso interpretar Claudia Ruiz Massieu, por razones que debería explicar a la base tricolor.

Complicado para el nuevo dirigente del PRI, pero no imposible.

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Pues no fueron los 150 millones de pesos que esperaba el Gobierno recaudar con la subasta de la residencia de Zhenli Ye Gon, pero sí 102 millones.

Y aunque la cantidad no es nada despreciable, en Palacio Nacional ya habían hecho cuentas y destinado el dinero para los cerca de 540 atletas nacionales que fueron a los Juegos Panamericanos, que ayer concluyeron.

¿De dónde saldrán los 48 millones restantes para completar las becas de 20 mil pesos mensuales más 40 mil para quienes ganaron medalla?

¿Habrá por ahí otras propiedades que subastar para completar la promesa?

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En el aire la decisión sobre si se sustituye a Martí Batres como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.

Al parecer, Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena, dejó correr unos días para medir qué tanto apoyo al interior del grupo trae Martí.

Y ya vio que no es el que presume el actual presidente de la Mesa.

Monreal no ha dado su apoyo a Batres ni se ha pronunciado por una mujer, como le han querido presionar con el tema de la equidad de género.

El zacatecano va despacio, y será hasta la próxima semana cuando el grupo mayoritario en el Senado decida el nombre de su próximo presidente.