Nada es casual en las redes, o sí, o depende, o ya no se sabe.

Últimamente hace falta un equipo multidisciplinario que incluya expertos criminalistas, lectores de caracoles, astrólogos e intérpretes de sueños para comprender algunos de los mensajes que postean los deportistas.

Eso aplica para enunciados, emojis y fotografías crípticas, cuya traducción resulta tan enigmática como el Triángulo de las Bermudas. No así para la imagen que compartió Neymar este jueves, cuando va creciendo en intensidad el rumor de que sea transferido del París Saint Germain al Real Madrid. Ahí aparece posando con el actual técnico merengue, Zinedine Zidane.

Aquella frase de que no existen las coincidencias en la política, bien podría aplicarse al caso. Aferrado a no continuar jugando en el PSG y visto que su regreso al Barcelona resulta más complicado, entonces tomaría con agrado emigrar al Bernabéu.

En cualquier otro momento de su carrera, el Madrid ya habría realizado lo que fuera por recibirlo. De hecho, si un futbolista ha maltratado al conjunto blanco es el 10 brasileño, en permanente despecho hacia Florentino Pérez.

Cuando muy joven ya tenía todo acordado con el Madrid e incluso había pasado pruebas médicas con la institución, cambió de rumbo y prefirió mudarse a la Ciudad Condal. Algo similar un tiempo después, ya vistiendo el uniforme blaugrana, aseguró que se atrevería a efectuar el polémico cambio entre acérrimos rivales, sólo para más tarde desistir.

Sucede que ahora hay una circunstancia: la familia real qatarí no desea cooperar en absoluto con el Barça (al que ve con recelo desde que intentó llevarse a elementos como Marco Verrati y Marquinhos), mientras que mantiene la relación más respetuosa con los merengues. Aquella vieja estrategia de Florentino de negar con comunicados su interés en Kylian Mbappé y el propio Neymar (algo que nunca había hecho un club habituado a permanentemente ser relacionado con futbolistas ajenos), podría dar sus frutos.

La duda es cuánto quiere el Madrid hoy a Neymar. O, más que el Madrid, un técnico al que prometieron plenos poderes a su regreso y cuya voluntad no se ha cumplido como quisiera. Basta con ver que ahí siguen sus descartados Gareth Bale y James Rodríguez, así como que Paul Pogba muy difícilmente llegará este verano.

Zidane, el proyectado por Neymar en tan casual fotografía, es quien ha de tener la última palabra, porque una oferta así no sería rechazada por Florentino.

En lo que el equipo multidisciplinario de pitonisos y lectores de tarot dan sentido a numerosos mensajes más en redes, aquí no hace falta su experiencia. Dos opciones: la primera, que Neymar está determinado a convencer a Zidane; la segunda, que le utiliza para atizar al Barça suplicándole un mayor esfuerzo económico.

Twitter/albertolati

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