FOTO: TWitter Es una histórica en los Juegos Panamericanos y en Lima 2019 confirmó su supremacía, ya que dio a México la presea 23 de oro, con lo que se superó el registro de 22 conseguidas en Toronto 2015  

Paola Longoria se ha convertido en una de las máximas medallistas panamericanas y tener un lugar en la cima del raquetbol mundial no le ha quitado la sencillez, al contrario, la mantiene con la entereza de ser mejor.

 

Ya es una histórica en los Juegos Panamericanos y en Lima 2019 confirmó su supremacía, ya que dio a México la presea 23 de oro, con lo que se superó el registro de 22 conseguidas en Toronto 2015, en donde ella colaboró con una.

 

“Se escucha muy bonito”, dijo al ser cuestionada de que si bien México ha hecho historia en los Juegos Panamericanos Lima 2019, ella también ya escribe una parte de ella.

 

“Hacer historia en este deporte y tener los número que tengo nunca imagine tenerlos, es bonito. Estoy a dos títulos de lograr el centenario, el tricampeonato panamericano, 10 años en la cima del ranking”, resumió.

 

Asimismo, la potosina apuntó que todo esto es parte de la motivación para seguir por más, “porque cuando llegue el momento del retiro puedo dejar un poco la vara alta para las demás generaciones y que venga una campeona igual que yo y que tenga esa hambre de triunfo”.

 

Longoria destacó que haber logrado el bicampeonato es un muestra más de todo lo que se puede hacer cuando hay pasión, cuando cada día hay disposición para seguir creciendo en un deporte que le ha dado todo.

 

“No sé si sean mis últimos panamericanos, pero siempre de alguna u otra manera, cuando esté compitiendo me quiero retirar en unos Panamericanos”, destacó.

 

Esto, dijo, no ha sido nada fácil porque cuando se está en el deporte se deben dejar muchas cosas, “mucha gente dice que Paola juega con esa confianza, tiene tiros de manera consistente, pero para tenerlo practico cinco horas diarias”.

 

Relató que para llegar a la obtención de la triple corona tuvo una concentración de 14 días en los que entrenó sesiones de más de siete horas diarias y lo único que quería era dormir. “Aquí está el resultado de tantas horas de trabajo”.

 

Y remató: “estoy contenta por el resultado por el cual venía. Una final reñida con María José, que me obliga a demostrar mi mejor nivel de racquetbol, pero me preparé mucho porque sabía de la calidad y herramientas que tengo como jugadora”.

 

“Salí a disfrutar ese partido. Y salir como la favorita siempre afecta, pero también motiva”, concluyó.

 

 

TFA