Foto: Cortesía Infibond El sistema propone el uso de un algoritmo para recrear el perfil psicológico de los usuarios mediante un dispositivo móvil, a fin de recrear su personalidad mediante un sistema de Inteligencia Artificial.  

La empresa Infibond, que fue creada por un alpinista preocupado por lo que podría pasar si algún día no regresaba de sus excursiones, está en el proceso de desarrollar un algoritmo que permitiría platicar con una persona después de su muerte a través de una conversación de audio.

 

Yoram Kraus, de 51 años, es el fundador de la empresa de “tecnología psicológica” que recientemente fue valuada en mil 250 millones de dólares.

 

“Un día, mi hija me preguntó: ¿Qué pasaría si no regresas? (de una excursión alpina). Le respondí que haría un avatar con mi imagen para que pudiera hablar conmigo. Le enseñaré cómo soy y, entonces, existirá para siempre”. señala el inventor, quien desarrolló su idea sin conocer mucho de programación.

 

El nombre de la empresa hace referencia precisamente a ese infinito (infi) vínculo (bond) que la idea crea entre la persona viva y la persona muerta.

 

La plataforma en efecto construye perfiles psicológicos complejos de las personas basadas en datos obtenidos a través de los teléfonos móviles, que pueden ser utilizados por las compañías para vender más productos y a las agencias de inteligencia para entender mejor a sus públicos.

 

Infobond afirma que ya ha “levantado” millones de dólares en rondas de financiamiento por parte de Goldman Sachs, y que está en negociaciones con Walmart en Estados Unidos y otras empresas chinas.

 

Medios tecnológicos de Israel consideran que Infobond es una empresa prometedora que está buscando un cambio permanente de nuestra relación con los programas informáticos.

 

Pero por otro lado, los analistas señalan que la empresa podría enfrentar diversas demandas por parte de inversionistas si no es capaz de encontrar clientes dispuestos a pagar, ya que el producto aún no ha puesto a disposición del público su producto.

 

Otra de las dudas es que la elevada valuación obtenida es sintomática de una tendencia de empresarios carismáticos que se aprovechan de la emoción que genera la tecnología, en especial la inteligencia artificial, para levantar financiamiento que tiene poca supervisión.

 

De acuerdo con el fundador de la empresa, durante los últimos dos años Infibond ha dado empleo a un equipo de cerca de 20 psicólogos, una tercera parte de ellos con doctorado, para desarrollar las correlaciones de personalidad con los hábitos de los usuarios de dispositivos móviles.

 

 

“Monitoreamos cientos de contadores en el dispositivo móvil, corremos varios modelos psicológicos y podemos extraer un perfil psicológico que es muy, muy, muy exacto, todo respaldado por investigación”, señala.

 

Además de su equipo de psicólogos, Infibond cuenta con un equipo de científicos en computación que trabajan en aprendizaje automático e inteligencia artificial.

 

Algunos piensan que esta idea se parece al episodio Museo Negro, de la serie Black Mirror de Netflix, el servicio streaming con más de 130 millones de usuarios en 190 países, que aborda en su cuarta temporada la historia de un criminal que es condenado a vivir diversos horrores dentro de un programa informático.