Desde el ámbito de la oposición, el CEN del PRI se prepara para el proceso de elección interno abierto este 11 de agosto con el fin de designar a la nueva dirigencia nacional para el periodo 2019-2023, en el que tendrán la oportunidad de votar libre y en secreto alrededor de seis millones 600 mil militantes que están actualmente en el padrón del partido.

Así lo informó en entrevista con 24 HORAS, Fernanda Bayardo, comisionada propietaria de la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI, quien precisó que el proceso interno abierto fue una exigencia de toda la militancia priista del país, después de la derrota electoral histórica del año pasado.

“El PRI tiene mucho que hacer y, entre otras cosas, nos toca recuperar la confianza de la gente. Creo que eso nos va a costar trabajo, pero esto que estamos haciendo ahora es una gran demostración para la ciudadanía de que el PRI puede cambiar. Hoy es un partido más democrático. No hemos visto nunca en la historia de México un partido que haga una elección de este tamaño, que le consulte a toda su base quién quiere que sea su próxima dirigencia”, enfatizó Bayardo.

Y recordó que las fórmulas que participan oficialmente en este proceso interno están encabezadas por el campechano Alejandro Moreno Cárdenas, la yucateca Ivonne Ortega Pacheco y la veracruzana Lorena Piñón Rivera.

¿En realidad se trata de un proceso democrático?

-Así es. Teníamos un reclamo de toda la militancia del PRI que nos exigía que fueran consultados en este proceso, y también pedían que los aspirantes a la dirigencia nacional fueran a las entidades a presentar sus propuestas, a tener contacto con los militantes. Era un reclamo legítimo que se aceptó, y este proceso ha sido revitalizador para el partido; sobre todo en un partido en el que siempre nos hemos jactado de tener procesos democráticos, de escuchar a la militancia.

¿Antes no era así, no era democrático?

-Desde la dirigencia de Roberto Madrazo que compitió en su momento con Beatriz Paredes, desde esos años no habíamos tenido otra vez un proceso abierto, desde los años 2000; entonces ésa fue la última ocasión en donde tuvimos esta posibilidad de poder tener una elección abierta para elegir a nuestra dirigencia nacional.

Éste es uno de los métodos que tenemos, pues también existe la posibilidad de elegir a la dirigencia mediante los consejeros políticos, a través de asambleas de delegados. En el PRI tenemos varios mecanismos para elegir a las dirigencias, para elegir a nuestros candidatos, pero en esta ocasión se determinó que fuera una elección abierta, en buena medida porque una vez que afrontamos la derrota de julio el año pasado, era necesario hacerlo así.

¿Aún impacta la renuncia de José Narro?

-Sí. Creo que fue en realidad un muy mal mensaje, y debo decir que el doctor Narro es alguien a quien yo admiro y respeto muchísimo, pero como priista me parece que dejó un terrible mensaje al renunciar a la militancia de 46 años en el PRI (el 19 de junio pasado). Él decidió entrar a una contienda donde las reglas estaban puestas y están muy claras, y la decisión que tomó no solamente dejar la contienda, sino salir del partido me parece como un berrinche. Su mensaje fue: “Entonces cuando no me gustan las reglas del juego o que no están a mi favor, decido retirarme”, y no sólo fue eso, creo que renunciar también a su militancia es bastante malo para cualquier priista.

El proceso avanza…, ¿has visto algún dado cargado?

-La verdad, no, lo digo con toda responsabilidad. Somos 11 los comisionados de esta comisión de procesos internos, y nos hemos dirigido durante todas estas semanas de trabajo con muchísima transparencia con toda la legalidad posible. Hemos intentado que todas las personas que son parte de la estructura del Comité Ejecutivo Nacional de los directivos estatales, incluso servidores públicos de Gobiernos priistas, buscar que su conducción sea lo más transparente posible y que no estén involucradas en actos de proselitismo. Finalmente todos somos priistas y queremos llegar al 11 de agosto, el día de la elección, y saldremos a votar de manera libre y secreta como cualquier otro militante, pero dentro del ejercicio de nuestras funciones, pues hemos buscado que nadie se vincule de manera particular con ninguna de las tres fórmulas que contienden.

¿En realidad el padrón de la militancia priista es de casi siete millones?

-Es importante que la gente lo conozca. En esta elección vamos a tener oportunidad de votar más de seis millones 600 mil militantes que están actualmente en el padrón del partido, va a haber más de seis mil 100 casillas en todo el país. En donde cualquier militante con su credencial de elector vigente tendrá posibilidades de ir a votar. Entonces si este proceso no nos sirve de entrada para darle movilidad al partido, para refrescarnos y sobre todo para ir a buscar esa base militante, bueno pues no habrá otra oportunidad seguramente de volverlos a ir a tocar.

¿Se movió el padrón después de la derrota electoral del año pasado?

-Sí se movió. Después de la elección, todos los partidos nos encontramos con un asunto; teníamos duplicidades importantes, un buen número de duplicidades de registros en nuestros padrones. Eso hizo que el INE nos pidiera a todos los partidos que hiciéramos como una nueva depuración de nuestros padrones. Entonces, ¿qué es lo que se pidió? Que, durante todo este año, hasta diciembre de 2019, todos los partidos tenemos la posibilidad de darle una buena búsqueda y una buena depurada a nuestros padrones, porque cada una de las personas que por algunas razones indistintas podrían estar dentro de nuestro padrón y que se manifestaran cómo fueron inscritos, eso significa multas, y eso es parte de las cosas que el Instituto Nacional Electoral alcanzó a percibir en todos los padrones. Entonces dio un año de anuencia total a todos los partidos para que se pudieran pulir; sin embargo, nosotros tuvimos ahí un empate de tiempos, porque la dirigencia nacional del partido vence justo en agosto de este año.

¿Hubo flexibilidad del INE?

-El partido tenía dos opciones. Por un lado, esperarnos a poder hacer este pulido de padrón a diciembre, y a partir de esa fecha, entonces convocar para que se efectuara la elección en 2020 o hacerlo de la manera en que lo estamos aplicando. Que fue lo único que pudo hacer el INE, sobre todo por el poco tiempo que tuvimos para poder preparar esta elección. Lo único que hizo fue revisar el padrón viejito que teníamos junto con lo que se había refrendado o lo que se había revisado durante estos meses de este año, y el INE el único mecanismo que tuvo para depurar es quitar a la gente que ya había fallecido y a aquéllos que estuvieran duplicados de otros partidos políticos. Ése fue el único filtro que hasta hoy nos puso el INE en el padrón; por eso es que el padrón nos resulta nuevamente de casi siete millones de personas.

¿… Y no se infló el padrón?

-Pues ha habido muchas críticas, y debo decirlo de una fórmula en particular: se han suscitado mucho las críticas, por lo que nosotros les hemos dicho justo para impedir que se pensara que nosotros habíamos metido la mano en el padrón, de inflarlo, de quitar, de bajar. Justo lo que se hizo fue llamar a una autoridad externa, a una autoridad acreditada como el INE, y que sean ellos los que decidan. Creo que parte de la esencia de lo que podemos esperar el próximo 11 de agosto es que gane quien gane, con la mayoría de los votos de los militantes priistas de todo el país, pues las otras fórmulas lo que tienen que hacer es repetir los resultados, porque justo lo que hemos buscado es que la Comisión de Procesos Internos ahora es el árbitro junto con el INE, al que le tocó revisar el padrón junto a otras autoridades; lo hemos estado haciendo con la mayor de las certezas, con transparencia, con mucha pulcritud sobre todo en temas jurídicos, justo para que haya dudas de que éste fue un proceso democrático en el que todos participaron.

¿Qué tipo de quejas les han llegado ahora?

-Tenemos cierta información sobre lo que las propias fórmulas están de alguna manera presentando en el Tribunal Electoral, entonces los juicios que se están llevando se presentan en el Tribunal y, obviamente, a nosotros nos notifican. En realidad, ha habido más quejas más que procesos judiciales formales, quejas sobre algunas personas que son parte tal vez de algún comité directivo estatal o que son parte de algún sector u organización del partido que han mostrado decantar hacia algún instituto político.

Eso saldrá de los resolutivos que tenga que hacer la comisión de procesos internos. Y más bien tendrá que ser turnado, primero a la Comisión Nacional de Ética Partidaria y en la segunda instancia a la Comisión de Justicia Partidaria, ambos órganos dentro del partido, que ellos son los que se encargan de determinar la conducta sobre la que se está acusando a alguno de los militantes.

¿Calificarías el proceso de transparente y limpio?

-Muy limpio. Insisto sobre todo donde ha habido muchas dudas, que ha sido en el padrón, y la Comisión de Procesos Internos ni siquiera metió las manos; tal cual lo regresó el Instituto Nacional Electoral, ése mismo fue el que se les turnó a cada una de las fórmulas que hoy están contendiendo.

¿Algún personaje histórico del PRI ha influido?

-No, en realidad. Al menos no de manera abierta; ésas son algunas de las quejas que nos han llegado de algunas de las fórmulas, pero habrá que probar. Creo que siempre deberíamos privilegiar las ideas a las descalificaciones, pero resulta a veces más fácil y más pegador poder decir cosas como alguien que está influyendo… El proceso inició en junio pasado, las campañas terminarán el 9 de agosto y la elección será el 11.

 

¿No hay dedazo?

-No hay dedazo. Plenamente segura.

 

¿Todavía tienen un debate pendiente?

-Correcto, el segundo debate será el 7 de agosto, y será el último.

 

¿Ahí participan ustedes en la organización?

-Sí, todo; incluso la mecánica del debate. Han sido acuerdos que han salido de la Comisión de Procesos Internos.

 

¿Qué institución apoyará en este debate?

-Quien nos ayudó a armar el primer debate fue el CIDE; lo volverá a hacer. Nos ayudó un poco con el tema de las intervenciones, el lugar que ocuparían los contendientes previa elección en una urna y hasta el diseño de las preguntas. Entonces el resultado que tenemos del primer debate fue bastante dinámico. Usaremos el mismo formato en el segundo debate.

 

¿Todos los candados están listos para evitar contratiempos en las votaciones?

-Es correcto, porque vamos a estar igual que en una elección como las que organiza el INE. Esta vez no lo hicimos con ellos realmente porque nos salía bastante más caro de lo que nos está costando, pero estamos tomando las mismas fórmulas y los mismos procesos; en cada una de las mesas receptoras de votos habrá un libro como los que suele haber en una elección, con tu credencial de elector. Entonces tú llegas con tu credencial, te buscan en el libro, te encuentran, te anotan que votaste o no votaste, las personas que votaron, se lleva a cabo un conteo de toda la papelería y poder publicar afuera de cada una de las casas receptoras de voto cuántas personas sufragaron, quién ganó esa casilla, habrá representantes, incluso de cada una de las fórmulas en todas las casillas. Además, se usará la misma tinta indeleble que se emplea en otros procesos electorales.

¿Cuánto ha costado este proceso?

-Se aprobó un presupuesto de 100 millones para poder hacer esta elección. De haberlo efectuado con el INE, nos costaba 300 millones de pesos.

¿Alcanza bien?

-Nos estamos apretando mucho, pero yo espero que sea suficiente.

¿El ganador se tendrá esa misma noche?

-Ese mismo día vamos a tener la oportunidad de que haya casas encuestadoras que cuenten con las posibilidades de estar realizando sus reportes, sin embargo será el 14 de agosto en que se haga la declaración de validez; se hará el cómputo nacional previo y después la declaración de validez y la entrega de constancias a la fórmula ganadora.

LEG