La población más pobre de México fue la más afectada por el desvío de recursos públicos que, de acuerdo con la investigación denominada La Estafa Maestra, ocurrió en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) durante la gestión de Rosario Robles Berlanga.

 

Parte del dinero que se destinarían a la Cruzada Nacional contra el Hambre, estrategia del gobierno de Enrique Peña Nieto para combatir la pobreza extrema y contribuir al pleno ejercicio del derecho a la alimentación, se perdieron en el fraude.

 

Se esfumaron también recursos para ampliar la cobertura de programas sociales y mejorar los servicios en las zonas más rezagadas del país.

 

En 2014, en una aparición pública en Durango, Robles Berlanga, entonces titular de la Sedesol, destacó el “compromiso ético” del gobierno en el combate a la pobreza y pidió vigilar que los recursos llegaran sin intermediarios a quienes más lo necesitan.

 

Hoy, la ex funcionaria es imputada por el delito de ejercicio indebido del servicio público y tendrá que comparecer, este 8 de agosto, ante un juez de control.

 

Ella será la primera ex funcionaria del gabinete de Peña Nieto en enfrentar la justicia mexicana por un tema de corrupción.

 

A su paso por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Robles Berlanga, entonces abanderada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), también fue señalada por desviar recursos, pero libró las acusaciones.

 

Esta vez, se presume que el desvío de recursos durante su mandato en la Sedesol se concretó con la firma, entre 2013 y 2014, de 10 convenios con las universidades del Estado de México y de Morelos, por un monto de dos mil 224 millones de pesos.

 

Las instituciones educativas deberían emprender acciones para ampliar la cobertura de programas sociales, mejorar los servicios en las zonas más rezagadas del país y combatir la pobreza.

 

Sin embargo, no lo hicieron y además cobraron una comisión de 215 millones 446 mil pesos por prestarse a triangular el dinero a 20 empresas, algunas de ellas fantasmas.

 

Asimismo, el informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) develó irregularidades en la repartición de víveres de la Cruzada Nacional contra el Hambre.

 

En 2013, la Sedesol contaba con 555 millones de pesos para distribuir alimentos, camisetas y gorras a familias con pobreza alimentaria de las zonas más marginadas de 11 estados del país, entre ellos Campeche, Guerrero, Yucatán y Chiapas, pero sólo siete por ciento llegó a su destino.

 

Aunque hasta el momento la Fiscalía General de la República sólo ha procedido contra Rosario Robles, al menos 11 dependencias de la administración de Peña Nieto están presuntamente involucradas en La Estafa Maestra.

 

De 2015 a la fecha, la ASF ha presentado 32 denuncias penales contra la Sedesol y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a cargo de Robles Berlanga al momento de la estafa; lo mismo que contra 14 universidades públicas.

 

La primera de estas denuncias fue en 2015 contra la Sedesol y las Universidades del Estado de México y de Morelos, por el presunto desvío de recursos destinados a la Cruzada Nacional contra el Hambre.

 

Cuando gobernó la Ciudad de México, entre los años 1999 y 2000, Rosario Robles alcanzó gran popularidad que la llevó, incluso, a sonar como “presidenciable”.

 

Pero su prestigio decayó en medio de una trama que conjugó la política, las traiciones, el amor y la corrupción.

 

Sostuvo una relación de negocios y amorosa con el empresario argentino Carlos Ahumada, quien se vio envuelto en actos de corrupción que también la involucraron a ella.

 

En 2012 manifestó su apoyo incondicional al entonces candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, sepultando así su larga historia de militancia en la izquierda mexicana, con el PRD, fuerza política que la cobijó durante 15 años y donde en ese entonces apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.

 

 

 

jhs