La Arquidiócesis de México cuestionó si el recorte a programas de salud o la reducción del gasto en educación y cultura, así como el empecinamiento en políticas asistencialistas, favorece a crímenes como la trata de personas en el país.

“La trata de personas sigue buscando sacar el máximo provecho ante la carencia de políticas gubernamentales efectivas, que se quedan en tácticas de persecución o en maquillaje estadístico, y cuya punición casi siempre llega tarde. ¿Acaso el recorte a programas de salud o la reducción del gasto en educación y cultura, así como el empecinamiento en políticas asistencialistas, no favorecen que este tipo de crímenes se extiendan con mayor celeridad?”.

Con el título “Desenmascarar a la trata de personas”, la editorial publicada en el semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis señaló que es el crimen más nefasto sin duda lo comete quien se esconde tras la máscara de benefactor, quien aprovecha su situación de servidor público, quien presume buenas intenciones, pero termina estafando, manipulando, extorsionando, denigrando la dignidad, la libertad, la convivencia humana.

“Ahí ubicamos a quienes se involucran en la trata de personas, a los que reinventan sometimientos bajo el velo de oportunidades de trabajo, a los que ofrecen protección a costo de miedo, a los que mercadean con la necesidad del desempleado, de la mujer, del indígena, del migrante… de quien sea. Y esto toma tintes monstruosos cuando la víctima es infantil.”

La Arquidiócesis de México, que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes, urgió a promover el trabajo digno y estable, la educación pública que apunte a valorar la dignidad de la persona humana más que hacer eco y fiesta de modas ideológicas, seguimos necesitando de la consolidación de la familia para frenar con eficacia el tremendo cáncer de la trata de personas, que ya tiene tintes de invasivo y amenaza con convertirse en incurable.

PAL