En medio de los esfuerzos globales por reducir el uso de combustibles fósiles para combatir el cambio climático, Kenia lanzó formalmente la planta de energía eólica más grande de África.

 

Aunque el presidente Uhuru Kenyatta encabezó este viernes la inauguración oficial de este gigantesco proyecto, el parque entró en operación en hace 10 meses y ya cubre casi una quinta parte de las necesidades energéticas del país.

 

Instalado en la orilla oriental del Lago Turkana, en el norte de Kenia, la planta tiene 365 turbinas, de casi 50 metros cada una, con las que desde septiembre pasado entrega 310 megavatios de energía renovable a la red nacional.

 

El parque eólico de Kenia, la economía más dinámica de África Oriental, tuvo una inversión privada de 680 millones de dólares, la mayor en la historia del país. Sin embargo, sufrió demoras y tardó casi una década en levantarse del paisaje árido.

 

Las enormes hélices suministran ya el 15% de flujo de electricidad a través de una red de 428 kilómetros.

 

“Hoy, nuevamente elevamos el nivel para el continente al revelar el parque eólico más grande”, afirmó el presidente Kenyatta, luego de recorrer el proyecto Turkana, que se encuentra en un corredor natural que es conocido como “el lugar más ventoso de la Tierra”.

 

Las turbinas fueron diseñadas para manejar las feroces ráfagas que atraviesan el “Corredor Turkana”, un túnel de viento que genera condiciones óptimas durante todo el año y permite ya entregar el doble de la capacidad de carga de proyectos similares en América y Europa.

 

“Kenia sin duda está en camino a convertirse en un líder mundial en energía renovable”, puntualizó el mandatario.

 

Kenia, que depende en gran medida de la energía hidroeléctrica y la geotérmica, se había comprometido previamente con el 100% de energía renovable para 2.

 

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