Hace cincuenta años, en el año de 1959, los Estados Unidos decidieron emprender una misión espacial con el objetivo de que el hombre pudiera, por fin, pisar la Luna. Uno de los enigmas y deseos más profundos de la humanidad, el cual fue conquistado por primera vez gracias a la misión Apollo 11 de la NASA. Dirigida por Neil Armstrong, dicha misión tuvo otras dos figuras no tan conocidas como el célebre capitán: Michael Collins y Buzz Aldrin. A partir del nombre del segundo es que nació el personaje animado de la saga fílmica Toy Story, al cual después se le agregaría el apellido Lightyear basado en terminología espacial.

 

Quizá para los niños de la década de los noventas uno de los personajes más simpáticos y fascinantes es Buzz Lightyear. Un juguete astronauta que está en una constante búsqueda de aventuras alrededor del espacio. Esta figura de acción, cuya manera de vivir es al infinito y más allá, llega a la vida de Andy para después entablar una relación entrañable con el vaquero Woody, juguete favorito del niño.

 

El origen del valiente muñeco astronauta se remonta a la década de los sesentas. Para ese entonces, la NASA inició una serie de expediciones con motivo de investigar al satélite natural de la Tierra. El creador de los personajes y director de las primeras dos películas, John Lasseter, era un aficionado de estos viajes de la NASA que se transmitían por televisión. Así que a la hora de plantear los personajes de su película, eligió adaptar uno de ellos al tema del espacio. La razón de ser de los colores verde y morado de su traje recae en que son los favoritos de Lasseter y su esposa. Es un personaje creado en torno a la pasión de su infancia y al amor cultivado en su madurez.

 

Es importante saber que existe relación entre una película animada infantil y uno de los acontecimientos más importantes de la humanidad. Así como Lightyear es el segundo juguete favorito de Andy, Aldrin fue el segundo hombre en pisar la Luna. Ambos con un gran carisma, son dos figuras memorables para dos generaciones de niños separadas por medio siglo de diferencia. Quizá con el tiempo la gente se vaya olvidando del apellido Aldrin, pero muy difícilmente se podrá borrar la memoria de uno de los héroes que hasta el día de hoy sigue arrancando lágrimas a quien quiera acompañarlo en sus aventuras.

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