De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en México se estima que al menos 1.5 millones, menores de 14 años, padecen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH); 50% continuarán con síntomas hasta edad adulta, pues gran parte no son diagnosticados.

Este cuadro presenta fuerte impacto en la sociedad, en términos de coste económico, estrés familiar, problemas académicos, así como una importante disminución de autoestima en el afectado.

“Los indicios de esta condición cambian de acuerdo a la etapa de la vida y el género del paciente, los hombres en la infancia tienden a ser más inquietos y las mujeres más distraídas, al paso del tiempo los síntomas se modifican. El retraso en el diagnóstico facilita que se sumen otras condiciones psiquiátricas, como depresión, ansiedad y trastornos de conducta entre otros”, asegura la doctora Patricia González, Therapeutical Lead Area Neuroscience and General Medicine de Takeda México.

El TDAH se manifiesta a través de actitudes de hiperactividad, impulsividad e inatención; el afectado no puede concentrarse ni trabajar sin supervisión, cambia de una actividad inconclusa a otra y requiere más reorientación en las mismas.

No logra mantenerse quieto durante mucho tiempo, suele hablar demasiado, tiene dificultad para esperar su turno en juegos o filas y presenta conductas riesgosas para su edad; son más vulnerables a caer en adicciones y actividades de delincuencia.

En la edad adulta, las víctimas tienen problemas financieros frecuentes, mayor riesgo de divorcio y de sufrir accidentes.

“Esto no es porque padezcan una sociopatía, sino porque están en una búsqueda constante de sus emociones”, señaló la psicóloga Patricia González.

Mientras que la psiquiatra infantil de la Secretaría de Salud, Pamela Espinosa Méndez, alertó que con frecuencia se confunde el TDAH con que un niño sea travieso o tenga mucha energía.

Son varios aspectos los que causan este padecimiento; sin embargo, se sabe que hay una serie de factores genéticos y ambientales que lo propician, informó la experta.

Apoyo psicológico y emocional

Fundación UNAM recomienda que lo primero a realizar para tratar el TDAH es acudir con médicos psiquiatras o neurólogos de niños y adolescentes; así se hará un diagnóstico clínico exhaustivo, el cual indicará la intervención terapéutica específica para cada persona.

“Cuando un niño es diagnosticado con TDAH, los principales guías son los padres, quienes se encargan de buscar al especialista que apoyará a su hijo con terapias y/o medicamento; encontrarán los métodos más adecuados, de acuerdo al nivel del trastorno del pequeño. Su ayuda es fundamental para que el paciente avance y mejore”, subraya la institución.

Explican existen fundaciones y organizaciones dedicados especialmente a ayudar a quienes padecen este problema y a sus familiares: “Ellas brindan ayuda y orientación además de ofrecer terapia tanto para las personas con este trastorno como para sus familiares más cercanos. La Facultad de Psicología de la UNAM cuenta con ese tipo de servicios”.

Es una condición genética y se hereda

El origen del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad está asociado hasta 80% a causas genéticas y es una condición altamente heredable. De acuerdo con el doctor Michael Zaccariello, especialista en psicología del Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, los niños con padres o hermanos con TDAH tienden a correr más riesgo de desarrollar el trastorno que aquellos sin antecedentes familiares. Existen otras causas asociadas como complicaciones durante el embarazo y nacimiento (prematurez o bajo peso), así como exposición materna al tabaco; estos factores influyen directamente en el desarrollo neuronal.

En voz de un experto

Por: Priscila Vega

Sofia Nery Tello es psicóloga, maestra en terapia familiar sistémica, con especialidad en psicoterapia sexual y relaciones de pareja. La profesional resuelve con 24 HORAS algunas dudas que pueden surgir cuando tienes un familiar con TDAH.

¿Cómo debe atenderse a un niño con TDAH?

-Un niño con TDAH requiere atención multidisciplinaria, que incluya psicoterapia, psicoeducación (padres y maestros) y tratamiento farmacológico según lo requiera, es importante identificar las particularidades de caso y administrar el tratamiento adecuado (no generalizar).

¿La familia debe recibir terapia?

-Se recomienda que la familia también sea parte del proceso terapéutico, ya que el ambiente familiar y el significado que cada miembro del hogar dé al diagnóstico, puede permear la evolución del infante. Asimismo se pueden desencadenar otras problemáticas como conflictos de pareja o sobre protección.

Además, la terapia resulta útil para disminuir los sentimientos de culpa o frustración en los padres. En caso de que haya hermanos, también darles atención y no centrarse exclusivamente en el niño con TDAH. Toda la familia debe conocer el diagnóstico para que no sea juzgado como “el berrinchudo” o “el desobediente”.

¿Cómo controlo a mi hijo con TDAH?

-Existen algunos consejos básicos para mantener una buena comunicación entre los padres y el niño con TDAH, por ejemplo, dar instrucciones claras y simples, hacer contacto visual con él al momento de dar una indicación, cuando el niño deba concentrarse retirar los estímulos externos que puedan distraerlo, pedir que repita las instrucciones que se le den, no proteger al niño de las consecuencias de sus actos y no plantear varias instrucciones simultáneamente.

¿Cómo debe tratarse a un infante con TDAH en la escuela?

-El contexto escolar forma parte importante del niño con TDAH, ya que ahí es donde se puede identificar si existe algún otro tipo de limitación, por ejemplo, un problema de aprendizaje o depresión. Esto último puede ser consecuencia de una baja autoestima provocada por los escasos logros que se obtengan en la escuela.

Padres y profesores deben mantener una buena comunicación para informar sobre cualquier cambio y asegurar que se están dirigiendo al niño de la misma manera para no generar confusiones.

Contacta a la terapeuta al número 5543695618 o vía correo electrónico a snpsicoterapia@gmail.com.

 

Los tres síntomas clave: 

1. Déficit de atención: falta de perseverancia en la atención o atención dispersa.

2. Hiperactividad: exceso de movimiento.

3. Impulsividad: dificultad en el control de impulsos.

El déficit de atención guarda una mayor relación con las dificultades académicas y el logro de metas, mientras que la hiperactividad e impulsividad están más asociadas con las relaciones sociales y los resultados psiquiátricos.

 

Lo que debes saber: 

Alrededor del mundo se estima que entre 5% y 10% de habitantes padece TDAH.

Los expertos recomiendan cinco actividades para trabajar la concentración y controlar los impulsos: música, jugar con perros, deporte, yoga y ajedrez.

Por cada tres o cinco hombres afectados por esta condición, una mujer la padece.

Los padres deben conocer bien el TDAH, sin mitos ni miedos infundados para enfrentarse mejor al problema que  afecta a su hijo.

Características de niños con TDAH:

Son poco comprendidos.

Sufren cambios constantes de escuela.

Les cuesta trabajo priorizar tareas y actividades.

Son distraídos.

Parecen no escuchar cuando les hablan.

Cuando un pequeño no es diagnosticado, a sus síntomas se le pueden sumar otras condiciones psiquiátricas como: depresión, ansiedad y otros trastornos de conducta.

En la adolescencia son jóvenes muy impulsivos.

 El extra: 

Existen diversas celebridades que padecen TDAH y han logrado aprovecharla al màximo para bien. Entre ellos se encuentran: Steve Jobs, cofundador de Apple; el actor Will Smith; Jim Carrey; Bill Gates, cofundador de Microsoft; el basquetbolista Michael Jordan, y el campeón olímpico Michael Phelps.

¿Qué es el TDAH?

Es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por la presencia persistente de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, manifestaciones inapropiadas para la edad de las personas. Estos síntomas se presentan en al menos dos de estos ambientes: casa, escuela y con amigos. El comportamiento de las personas con TDAH tiene repercusiones importantes en actividades sociales, rendimiento académico y en la percepción hacia sí mismos

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