Creía –bueno, creíamos– que alguien se sacaría por lo menos un reintegro en el homenaje que la Lotería Nacional le dedicó a la escritora Elena Poniatowska (nacida en Europa, pero nacionalizada mexicana hace muchas décadas) en el edificio El Moro, en Reforma I, pero tanto Ernesto Prieto Ortega, director, y Guillermo Salceda, promotor cultural, y el que esto escribe, nos quedamos estupefactos que del respetable allí reunido casi nadie –exceptos dos personas– sacaron premios muy bajitos, pero los Niños Gritones los hicieron felices.

 

Nunca he sido afecto a comprar un billete de la Lotería o ahora también los llamados “cachitos”, pero Elenita, impávida, amable, rostro aristocrático, dulce, juguetona, profunda, amiga de sus amigos y, sobre todo, respetuosa de la gente humilde del gran pueblo de México; habló del respeto que le tiene a esta institución, a los Niños Gritones (ahora, con trajes de gala). Algunos pensaron que se ganarian 10.000 millones de pesos o 800.000, pero la suerte no apareció en el recinto, sino en otro lugar de la Ciudad de México o del interior de la República.

La Poniatowska solicitó que sólo se invitara a su familia o amigos muy cercanos (entre ellos Pedro Friedeberg y su hija Diana), Lupita Loaeza y Enrique Goldbard, Martha Llamas y otros). Hubo también gente que asiste a estos homenajes que siempre organiza la Lotería Nacional. Todos veíamos –a lo lejos—las hermosas esferas tanto la grande como la pequeña que voltean rápidamente más de cien mil bolitas que llevan grabados tantos los diferentes números como premios.

 

En una ocasión –hace ya muchos años, tuve la suerte de aparecer en un billete y noo me gané nada porque no debía comprarlo, pero un amigo RM se ganó dos millones al comprar un billete en Guanajuato, a los quince días que salió de un lugar donde nunca debió estar (¿¿¿???). Pero hay que recordar –Elenita lo informó cuando le tocó dar las gracias, después de Ernesto Prieto Ortega– que la Lotería Nacional de la Nueva España nació en 1770. Me refiero a la época de la Colonia, cuando los informadores o chismosos señalaban que “ganarse la lotería era el más hermoso de los juegos modernos de la época”. En el cóctel posterior, saludé a Friedeberg, Salceda, Sergio García, Martha Llamas, a los familiares de la propia Elena, y oí que su hijo Felipe de Haro Poniatowski (en Polonia los hombres escriben el apellido así, y Poniatowska para las mujeres; aunque Elena nació en París en 1932) apuntaba que La Fundación Elena Poniatowska cerraría sus puertas próximamente. Y tiene razón Lupita Loaeza al subrayar que el verdaderios permio mayor en México es, precisamente la célebre escritora/activista.

Premio Talika Kumi

En una mesa inolvidable en el exclusivo Hipódromo de las Américas se llevó a cabo el premio “Tálita Kum” (que nos hace recordar que en épocas del Nuevo Testamento Jesús curó a una pequeña niña y le dijo esta frase que significa “Niña, yo te lo ordeno, levántate” (“contigo hablo, levántate”, Marcos 5: 41).

 

Jairo se había acercado a Jesús y cuando llegaron al otro lado con el Jefe de la Sinagoga, y entraron a la casa, echó afuera a todos, y le dijo a la niña este hermosa frase que nos hace recordar que Dios/Jesús es siempre soberano y que también nosotros debemos cfrecer en fe para creer que el Rey de Reyes y Señor de Señores es Soberno y nos promete vida eterna, pero debemos limpiarnos de toda maldad por el pecado y pedirle a Diois restauración diaria. Bueno, en el Hipódromo saludé a Konny Pérez Espino, que dio el banderazo, resultando ganador el caballo Lanudo llevando el no. 1 a sus costados y luego hubo una rifa de arte hechas por los niños en compañía de los caballos más famosos del Hipódromo.

 

Konny me dijo que es vital el desarrollo de un Programa Terapéutico Integral. Por otro lado, conversé con la familia de María de la Pezá; Carmen Escalante, Fabiola Maza y Eduardo Ebergenyi; Laura Castillo—Pesado, Sergio García, Therese Margolis (le deseamos una pronta recuperación porque sufrió un accidente cuando un camión la arrolló pero afortunadamente no le fracturó sus piernas, y su hija, y decenas de jóvenes que siguieron algunas de las carreras. Fausto Gutiérrez Arienzo se anotó un gol con sus hermosois caballos. Y hasta el próximo jueves; ¡abur!