Foto: Cuartoscuro/ Archivo En el cementerio La Bermeja de San Salvador ya alistan el lugar donde le darán el último adiós a Óscar y Valeria, en las próximas horas  

Los cuerpos de Óscar Alberto Martínez y de Valeria, su hija de 23 meses, migrantes salvadoreños, que murieron ahogados el pasado domingo en el río Bravo, salieron de aquí en carroza, para luego ser repatriados desde Monterrey vía aérea a su país de origen.

 

La carroza de color café, con placas de Nuevo León, partió de una funeraria ubicada en el municipio de Matamoros, Tamaulipas, y en su trayecto fue escoltada por una patrulla de la Policía Federal.

 

De acuerdo con versiones de medios de comunicación locales, el atáud de Óscar Alberto es de color blanco, al igual que el de su pequeña hija Valeria. Tania Vanessa Ávalos, esposa y madre de los occisos, viaja junto con los cuerpos de su esposo e hija.

 

A los 23 años, Alberto Martínez se convirtió en padre de Valeria, junto con su esposa, Tania Vanessa, de entonces 19 años; el pasado domingo ella vio cómo su marido y su hija morían al ser arrastrados por el río, a la altura del monumento de la Cruz del Migrante, en Matamoros.

 

Fue hasta el lunes por la mañana, después de una búsqueda de la policía estatal y bomberos, cuando los cuerpos fueron hallados en la ribera flotando boca abajo, juntos, a apenas 500 metros de donde quisieron cruzar, en su intento de llegar a Estados Unidos.

 

Por otra parte, en el cementerio La Bermeja de San Salvador ya alistan el lugar donde le darán el último adiós a Óscar y Valeria, en las próximas horas.

 

En redes sociales de medios de comunicación de dicho país, como La Prensa Gráfica, se observan los preparativos en el cementerio de la capital salvadoreña para inhumar los cadáveres.

 

DJOR