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En medio de la peor amenaza comercial de Estados Unidos hacia México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador antepuso, una vez más, su popularidad como líder social a su papel como Jefe de Estado.

 

Queda claro que no fue la amenaza de la protesta masiva, ni los discursos de amor y paz como el gabinete del Presidente López Obrador,  enfrentó la furia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump en contra de nuestro país.

 

Pues mientras el canciller Marcelo Ebrard, tenía arduas reuniones con funcionarios del más alto nivel de Estados Unidos, el Presidente de México, prefirió asumir su papel de líder social y hablar ante sus seguidores en un mitin fronterizo, que acudir como jefe de Estado a la cumbre del G-20 donde participan los 20 países más importantes del mundo y exponer, frente a quienes sí pueden ejercer presión a Estados Unidos, el conflicto comercial al que nos orillaban las decisiones unilaterales de Donald Trump.

 

La buena noticia llegó el viernes, no habría imposición de aranceles a los productos mexicanos, ¿pero a cambio de qué? De entrada, a cambio de dejar de lado el combate a la inseguridad, pues seis mil elementos de la Guardia Nacional que serían enviados a 156 regiones del país con mayores índices de inseguridad, ahora se encuentran en la frontera sur de México para evitar el paso de migrantes centroamericanos.

 

Además, las autoridades mexicanas aceptaron que nuestro país sea receptor de los deportados de Estados Unidos a quienes deberá brindar trabajo y escuela, en tanto esperan una resolución migratoria por parte del vecino país.

 

Estas son algunas de las acciones contundentes que pidió Donald Trump y que el gobierno mexicano aceptó. Pero no hay que echar campanas al vuelo, pues dichas acciones serán revisadas en 90 días, sin olvidar que para Trump, el discurso contra México, es su mejor aliado en su ruta por la reelección, por ello el gobierno mexicano debe ser más escrupuloso en su manera de enfrentarlo.

 

En momentos de crisis los mexicanos siempre logramos la unidad y esta vez no fue la excepción, pero no debemos olvidar que fueron las negociaciones y las acciones concretas, las que lograron evitar la imposición de aranceles. López Obrador tiene que recordar que los 30 millones de mexicanos que le dieron el triunfo en las urnas votaron para tener un Jefe de Estado y no sólo un líder social.

 

Y en Pregunta Sin Ofensa:

En un claro conflicto de interés, ¿Por qué el Presidente López Obrador permite que su hijo José Ramón López Beltrán, gestione recursos federales para su jefa la presidenta municipal de Naucalpan, Patricia Durán? ¿Pues no que al margen de la ley nadie?

 

TFA