Sé que a muchos les aburre que diario se hablen de los mismos temas, pero lo que está sucediendo con Alejandra Guzmán y Frida Sofía me tiene sorprendida, y aquí habrá dos opciones: se dirán todo lo que les molesta y les duele, y se reconciliarán o acabarán por pelearse a muerte y se mantendrán distanciadas por un largo tiempo hasta que comprendan que la ausencia duele más que aceptar el pasado y aprender a perdonar los errores de las personas que más amas.

Frida Sofía amenaza con hablar, asegura que tiene pruebas para sostener sus ataques, califica a su madre, a su manager y a sus ex novios de traicioneros. Le da vergüenza lo que hacen y pide ver a su madre pero en un lugar público frente a la prensa, porque no quiere arreglar nada en lo oscurito, porque han sido años de guardar silencio y desea que se sepa la verdad.

Al final conocemos a Alejandra como artista, pero no como ser humano. El abandono de ambos padres marcó la existencia de Frida Sofía; Pablo Moctezuma ha estado tan lejos que ni siquiera figura y Alejandra con el pretexto de que trabajó mucho para mantenerla. Se escuda para no reconocer que dejó a su hija desde muy pequeña y lo mismo que le cantó a su madre Silvia Pinal en la canción Bye Mamá, acabó haciéndolo ella misma; tampoco apoya a Frida para que se lanze como cantante y no ha estado en momentos importantes, pelean y la Guzmán ha tratado de salvar los buenos momentos con regalos caros.

 

La verdad siempre tiene dos caras, pero los padres tenemos la obligación de abrir el corazón y de olvidar el orgullo para encontrarnos con nuestros hijos, más si somos los que hemos fallado o cometido ciertos errores, no por gusto, pero las circunstancias hicieron que Alejandra siempre pensara primero en ella, en sus problemas, en sus adicciones y en cómo salir adelante y aún cuando Frida debe ser lo más valioso para ella, la dejó sola y hoy no se salvará de los reclamos.

Sin duda, es una pena que se acabe el programa Intrusos, primero porque es una fuente de trabajo para muchos compañeros, porque el show era bueno. Contaba con cuatro conductores reconocidos y con muchos años de trayectoria como lo son: Pepillo Origel, Martha Figueroa, Aurora Valle y Atala Sarmiento, un buen equipo de reporteros y jefes de información y una productora como Carmen Armendáriz que fue la creadora de Ventaneando; los ingredientes estaban, pero en canal 9 siempre pasa lo mismo, no es el canal principal y por eso Intrusos se perdió en la programación y no pudo competir directamente.

Durante muchos años Televisa no quiso tener programas de espectáculos, porque los artistas les reclamaban a los ejecutivos que permitieran que dentro de su empresa los criticaran o abordaron temas que les molestan, pero ahora que ya no existen exclusividades era el momento ideal, la prueba es que La Oreja duró siete años, porque se transmitía por canal 2; los demás programas han durado poco y resultan ser un fracaso. En fin, esperemos que pronto todos los que ahí participaban encuentren trabajo en otro lado, habrá quienes se alegren con estas noticias, sin embargo es lamentable que la gente pierda su empleo.

Sin embargo, Pepillo acababa de anunciar que se quiere retirar porque quiere disfrutar de su vida y de su tiempo, desde hace años ha sido su deseo, pero le llaman y regresa feliz a los foros, tal vez ahora pueda cumplir su sueño.

Hay más…, pero hasta ahí les cuento.