Inició el Campeonato Mundial Sub-20 en Polonia con malas noticias, porque la Selección de México arrancó perdiendo dos goles por uno contra su similar de Italia.

Existía interés por ver cómo arrancaba el equipo dirigido por Diego Ramírez, el hijo de Chucho, quién ganó el campeonato Mundial sub-17 en el 2005 en Perú, y que incluso también dirigió un Mundial categoría Sub-20.

Y el principal interés estaba en ver cómo se mostraban jugadores que ya tienen rodaje en Primera División, sobre todo Diego Lainez del Betis de Sevilla y JJ Macías del León.

Lamentablemente Laínez mostró estar fuera de ritmo, no jugar en España le pasó la factura, además actuó muy pegado a la banda y terminó por no ser peligroso y sin mostrar su cualidades.

Parecía que Lainez quería ganar la guerra sólo, no mostró sus diagonales y sólo una vez probó suerte en el disparo. Tendrá que dejar la presión a un lado y ser jugador de equipo.

Quien fue el mejor del tricolor, y por mucho fue Macías, quién está en ritmo, está confiado y mostró que tiene potencial para ser un eje de ataque importante, lo que le faltó fue juego de conjunto, lo cual es lógico por llegar a Polonia solo un día antes del debut.

En general el equipo de Diego Ramírez, que es auxiliado por Octavio Valdés se mostró muy rígido, clavado en un 4-4-2 en el cual casi nunca tuvo variantes, hasta que Toño Figueroa se salió de su costado izquierdo para crear sorpresa a la defensa italiana.

Pocas pasadas de los laterales, la contención muy rígida, de tal manera que fueron muy predecibles.

Habrá que ver porqué Misael Domínguez dejó el juego, y si son capaces de soltarse más con el avance del torneo, donde aún tienen 2 juegos y con ello la posibilidad de buscar la calificación.

Italia se mostró mucho más fuerte, creo incluso mereció ganar con mayor diferencia en el marcador.

Y ante un equipo tan fuerte, con chispazos individuales es muy difícil poder ganar los juegos. Hay tiempo y Diego Ramírez deberá estudiar bien a los rivales, pero sobre todo, soltar a su equipo, la labor mental es muy importante, ya que fue muy notorio que varios de los chavos no lograron tener la confianza para buscar su mejor futbol.

Diego ya dirigió en el Ascenso y ha trabajado de auxiliar de Miguel Herrera y ha estado muy cerca del trabajo de su padre. Tanto el Piojo como Jesús tienen en el manejo de grupo una de sus grandes virtudes y es el momento de sacar todas esas experiencias y aplicarlas, sólo así se tendrá una mejor actuación.