Foto: Archivo 24 Horas “La pobreza se vuelve medicalizada” señalaron los expertos, al subrayar que se necesitan cambios en el apoyo a las comunidades con bajos ingresos  

Los cambios en la política de bienestar y los recientes recortes al gasto público contribuyen a la angustia emocional, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Exeter, en Reino Unido.

 

El estudio incluyó a familias de comunidades desfavorecidas en Reino Unido quienes, afirman, no tener otra opción más que recurrir a su médico ante el estrés de la pobreza.

 

“La pobreza se vuelve medicalizada” señalaron los expertos, al subrayar que se necesitan cambios en el apoyo a las comunidades con bajos ingresos.

 

La científica Felicity Thomas, quien coordina el estudio, explicó que los médicos entrevistados comentaron “que cada vez más personas con problemas de salud mental requieren atención médica causada o agravada por los desafíos de la pobreza y privaciones (de servicios)”.

 

Estimaron que entre un 10 y 50% de los pacientes que requirieron cirugía por algún padecimiento, habían buscado tratamiento por problemas psicológicos causados por la pobreza “y el proceso de reclamación o reevaluación de los beneficios”.

 

En un comunicado de la Universidad de Exeter, los expertos advirtieron que los médicos generales a los que recurre ese grupo de la población tienen opciones limitadas para los pacientes, por lo que a menudo solo recetan antidepresivos o terapias.

 

No obstante, enfatizaron que “si los pacientes continúan enfrentando el mismo estrés en su vida, estos no serán tan efectivos como deberían, y los antidepresivos pueden tener efectos secundarios desagradables y potencialmente dañinos”.

 

El proyecto, en el que también participaron expertos de la Universidad de Plymouth y de Londres, se centró en el estudio de los impactos de la reforma de austeridad y bienestar en la salud mental y el bienestar en las comunidades de bajos ingresos de esa nación.

 

Incluyó 16 grupos focales con 97 residentes en las áreas de la salud y realizó entrevistas a personas que habían experimentado angustia relacionada con la pobreza, además trabajaron con médicos de esas zonas. De manera paralela, analizaron material videograbado de consultas médicas de la Universidad de Bristol.

 

De acuerdo con los resultados, las personas encuestadas afirmaron sentir hacia ellos “una actitud más negativa” por reclamar beneficios en su área.

 

Además, afirmaron estar más aislados porque los recortes en el gasto público redujeron servicios a la comunidad como bibliotecas.

 

Thomas dio a conocer algunos resultados hasta ahora: 81% de los pacientes entrevistados recibieron prescripción de antidepresivos en algún momento de sus vidas, un siete por ciento rechazó los fármacos y el porcentaje restante había estado tomando este medicamento durante un largo período.

 

DAMG