Foto: Cuartoscuro Este padecimiento consta de la presión dentro de los vasos sanguíneos, que van hacía al pulmón, y ocasiona que la persona tenga problemas de oxigenación  

En el país se han diagnosticado mil 200 personas con hipertensión pulmonar, sin embargo, en instituciones de salud pública hay desabasto de medicamento para tratar esta enfermedad.

Aunque este padecimiento puede ser controlado con medicamentos, Mónica Gutiérrez, neumóloga del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), comentó que en algunas sedes no hay el medicamento.

“Inclusive, es difícil encontrar el medicamento en farmacias como Similares, y al encontrarlo muchos medicamentos que pueden tratar esta enfermedad salen caras”, agregó.

Este padecimiento consta de la presión dentro de los vasos sanguíneos, que van hacía al pulmón, y ocasiona que la persona tenga problemas de oxigenación.

Esta enfermedad pasa por distintos procesos, los cuales se le llaman clases, y se clasifican por la gravedad que tenga el padecimiento, desde la Clase I, en el cual al paciente se le detecta hipertensión pulmonar, no obstante, puede continuar con sus actividades normales; hasta la Clase IV, en la cual la persona es incapaz de desarrollar cualquier tipo de actividad física.

“Cuando un paciente experimenta síntomas como fatiga, dificultad para respirar o dolor en el pecho con la actividad normal, es necesario que acuda al médico de inmediato”, explicó.

Comentó que cuando un paciente ya se encuentra en una etapa mayor, es difícil controlarlo con medicamento, así que recurren a cirugía o trasplante, los cuales, comentó, tampoco son baratos.

El 9 de mayo 24 Horas publicó una nota sobre la Asociación Mexicana de Hipertensión Arterial Pulmonar, la cual pidió difundir a la población los síntomas de este padecimiento, tales como fatiga, labios morados, desmayos al caminar.

Así como a los síntomas asociados a la obesidad, con la finalidad de que conozcan más sobre este tema y recurran a un médico, igualmente, para no confundirlo con el asma, la depresión o la epilepsia.

LEG