Tiger Woods, quien sorprendió al mundo deportivo cuando ganó su quinto título de Masters el mes pasado, recibió el lunes el honor civil más alto de Estados Unidos, la Medalla Presidencial de la Libertad, de manos del presidente Donald Trump.

El triunfo en Augusta el mes pasado puso fin a una sequía de 11 años sin títulos en un torneo importante para el golfista de 43 años, que sufrió reveses personales y profesionales, incluido un divorcio y varias cirugías durante la década anterior.

Un Woods emocionado agradeció a quienes asistieron a la ceremonia en el Jardín de las Rosas en la Casa Blanca por su apoyo durante los años en que no ganaba. “No estaría aquí sin su ayuda”, declaró después de que Trump colocó la medalla alrededor de su cuello.

Woods recordó su primer triunfo en Augusta hace 22 años, cuando con 21 años celebró junto a su padre y mentor Earl, quien murió en 2006.

“En 1997, sí, gané el Masters y terminé abrazando a mi papá y a mi mamá”, dijo. “Mi papá ya no está aquí, pero mi mamá está aquí, te amo mamá”, agregó, con una voz quebrada por la emoción mientras le daba las gracias a sus dos hijos y su novia Erica Herman.

Trump, un ávido jugador de golf, describió al 15 veces campeón de un torneo mayor como “un símbolo global de la excelencia, la devoción y el empuje estadounidenses”.

Woods se sumó a Arnold Palmer, Charlie Sifford y Jack Nicklaus como los únicos golfistas que han recibido el premio.

La medalla se otorga anualmente a las personas que han hecho contribuciones sobresalientes a la seguridad o los intereses nacionales del país, a la paz mundial, a la cultura u otras iniciativas públicas o privadas importantes.

 

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