La muerte de un ser humano no es importante para quienes ganan millones con la agonía. Las enfermedades, en este caso el VIH, pero todas en general, tienen en los medicamentos su mayor enemigo.

Cuando una población no tiene a su alcance la salud, carece de gobierno. Así sucedió durante muchos años cuando el monopolio de los laboratorios farmacéuticos asesinaba prácticamente a los enfermos.

Desde luego que todas las acciones de López Obrador provocan críticas; los resentidos primero critican y luego averiguan.

Cuestionaron que el Presidente seguía comprando los medicamentos contra el Sida a una empresa vetada; es verdad, la realidad es que la inercia de monopolios de los laboratorios farmacéuticos que operaron con los regímenes del pasado imponían la cobertura del mercado, la estrategia de distribución y, lo que es lo peor: los precios.

En nuestro país hay tres laboratorios que fueron consentidos por los gobernantes en turno, que juntos prolongaban la agonía de miles de enfermos impunemente.

Esas tres empresas en conjunto vendían al Instituto Mexicano del Seguro Social 35 mil millones de pesos en medicamentos. Ante esta situación López Obrador ordenó al sector salud federal que vete a las empresas Grupo Fármacos Especializados S, A. de C. V.; Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico, y Grupo MAYPO. Empresas que encarecen los medicamentos y que se han empeñado en filtrar información sobre la escasez de estos en dichas instituciones, cuando en realidad sólo quieren seguir manteniendo el monopolio del mercado, sin importar el dolor que esto puede producir a la sociedad mexicana.

Esta situación criminal obliga a los pacientes con SIDA a agravar su situación y alejar la cura que puede alargarles la vida, por ello, organizaciones civiles en protesta por la acción homicida de los laboratorios que prefieren hacerse millonarios y cuando se les aprieta un poco prefieren esconder su producto, salieron a las calles a protestar, con justa razón.

El chantaje que los laboratorios quieren imponer al gobierno mexicano no sólo muestra los privilegios que tuvieron durante los regímenes priistas y panistas, sino que los responsabiliza de la mala salud de enfermos de esta y otras muchas enfermedades a cambio de su desmedido enriquecimiento.

Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional, garantizó que habrá medicamentos para los pacientes del país con VIH-Sida, y anunció que ya se buscan otras opciones de proveedores en el extranjero, con ayuda de la propia comunidad afectada.

Sin embargo, los medios acostumbrados a la crítica fácil y a la negativa a investigar, aseguran que a pesar de que el laboratorio farmacéutico está vetado, el gobierno sigue comprándole. En lugar de denunciar todas las muertes que ocasionó en el pasado la concesión que regaló el monopolio.

Es lamentable, aseguró el presidente, que el único proveedor que tiene la concesión para este tipo de medicamentos en México imponga condiciones para su venta.

A pesar de la irresponsabilidad que implica esta agresión a los mexicanos, los laboratorios farmacéuticos eligen el enriquecimiento y la especulación a cumplir con su función social, que les otorga su práctica. No sólo deben ser marginados del mercado de las medicinas sino encarcelados con penas severas y ejemplares, porque en realidad son homicidas. Ese es un delito grave que deberá ponerse a juicio no sólo de la historia sino en el ámbito penal.

No pueden jugar fuerzas con la salud y la vida de los mexicanos, hay leyes que deben aplicarse. Lucrar con el dolor humano debe ser cosa del pasado, aunque ellos quieran revivir esos tiempos, donde el enriquecimiento ilícito era algo normal y el contubernio con las autoridades una práctica cotidiana. Todos ganaban y mucho.

El mandatario mexicano sostuvo que al tratarse de la única empresa que vende este tipo de medicamentos en el país, por el momento se mantendrá el contrato hasta que se tenga una nueva opción para la compra de medicamentos.

Es decir, quedó claro que, por motivos humanitarios, se le seguirá comprando a la empresa, aunque aseguró que la siguen investigando.

“Como se trata de un asunto delicadísimo, humano, se hizo una excepción, pero al mismo tiempo estamos buscando en el extranjero”, explicó el jefe del Ejecutivo Federal, al mismo tiempo que justificaba sus acciones y echaba para abajo los rumores de algunos medios que al tener publicidad de esos medicamentos defienden a muerte los intereses de los asesinos.

Se encarcela a los narcotraficantes porque su mercancía mata, se detiene a los secuestradores porque la vida de las víctimas está de por medio, pero los propietarios de los laboratorios farmacéuticos son peores porque matan sin meter las manos y, al mismo tiempo, se enriquecen más que un narcotraficante o un secuestrador.

En este caso dejaron de recibir atención médica niños que heredaron el sida de sus padres, jóvenes que tenían en la esperanza de los medicamentos alargar su vida; sin embargo, la impunidad parece ser el signo de los tiempos.

El 8 de abril, López Obrador ordenó vetar a Grupo Fármacos Especializados S.A. de C. V.; Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico, y Grupo MAYPO, a través del oficio Presidencia-009/03/20/19, ordenó a la Oficial Mayor de Hacienda, Raquel Buenrostro, que de conformidad con la ley se impida la participación de esas empresas en licitaciones o adjudicaciones directas.

La medida será hasta que se conozca si hubo operaciones de corrupción y tráfico de influencias en las operaciones realizadas con el pasado gobierno federal.

Los farmacéuticos no tejieron solos la cadena de corrupción y abuso de su poder, hubo funcionarios públicos que no sólo estuvieron de acuerdo, sino que también se enriquecieron con las propinas de los laboratorios y deben ser investigados y acusados de homicidio, porque no puede ser otro el delito que se les impute. Está claro que así es.

En general, el precio de las medicinas está regulado por los propios fabricantes, sin que haya una sola instancia de gobierno para ponerles un alto.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios nunca denunció este tipo de anomalías, lo que quiere decir que desde el sector salud se fraguó una serie de atentados contra los mexicanos a cambio de cantidades de dinero desconocidas que deben ser motivo suficiente para que más de un funcionario público esté de por vida en la cárcel junto con los propietarios y gerentes de los laboratorios farmacéuticos. PEGA Y CORRE. – Sincera, como siempre, la exdirigente nacional del PRI dijo muy claro que dar marcha atrás al método de consulta a la militancia implicaría el aniquilamiento de la organización política… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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