Un halo de misterio envuelve la historia de algunos militares que estuvieron en el primer círculo de seguridad del ex presidente Enrique Peña Nieto.

Tres de estos elementos castrenses que en su momento tuvieron la responsabilidad de la seguridad de Peña Nieto y de la gaviota, Angélica Rivera, fueron premiados con cargos en Petróleos Mexicanos (Pemex), en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Primero, en el caso de Pemex, para todos es ya bien conocido el nombre del general Eduardo León Trauwitz subdirector de Salvaguarda Estratégica de Pemex, quien era el responsable de combatir el robo de combustible y que hoy enfrenta un proceso judicial precisamente por eso, por la probable comisión del delito de robo de hidrocarburos.

Quién era el segundo de Trauwitz, Juan Martín Cano Aguado, se convirtió en coordinador técnico de Seguridad y Resguardo de Inmuebles del IMSS desde donde pudo beneficiar a unas cuantas empresas con contratos para seguridad del organismo, haciendo un cochinero que trascendió en la administración de EPN.

Este personaje, Cano Aguado, incluso está en la mira del propio presidente Andrés Manuel López Obrador quien recientemente puntualizó en la corrupción que se dio en los sexenios anteriores en materia de contratos a empresas de seguridad privada. El mandatario tabasqueño incluso ha dicho -en tono molesto- que se llegaron a contratar hasta 50 mil elementos de estas compañías.

El responsable directo de la seguridad de Peña como candidato era el capitán primero de Caballería Gustavo Cuevas Gutiérrez. Ahora es el subdirector de Seguridad Física de la CFE.

Peeeero si ya de por sí esto suena extraño, a mediados de este mes en un exclusivo fraccionamiento muy custodiado por elementos privados, fue asesinado el teniente coronel ya retirado, Sergio Armando Hernández, quién se desempeñó como secretario particular del general Roberto Miranda, jefe del Estado Mayor Presidencial en el sexenio de Peña Nieto.

Lo degollaron, esculcaron su casa, se robaron su automóvil y nadie se dio cuenta. Los primeros reportes señalan que se trató de eso, de un vil y llano asalto, pero las malas lenguas que por cierto estaban muy cercanas al elemento castrense, me dicen que no lo quiso entrar a “algo” o que estaba a punto de “cantar”.

“Lo callaron” aseguraron a esta columna fuentes muy cercanas a Sergio Armando Hernández quienes sabían de las delicadas relaciones del militar al ser miembro del primer círculo de la seguridad de EPN.

Con Trauwitz en los juzgados, con Cano Aguado en la mira y con Sergio Armando asesinado, se está configurando una historia macabrona.

En el baúl: Algo se está trabando en las re negociaciones de los contratos para construcción de gasoductos para la CFE que tienen algunos empresarios con el gobierno federal, entre ellos uno que tiene la empresa del hombre más rico del mundo y de cuyo nombre no debo acordarme porque se enoja Slim jaja. No se explican de otra manera que AMLO le haya estado dando sus raspones al ingeniero y a su familia, Alfredo Elías Ayub –hermano de su yerno, Artuto Elías Ayub– en sus conferencias matutinas de las últimas semanas.