Un joven de 23 años de edad de Reino Unido, identificado como Alex Hardy, decidió quitarse la vida luego de que se lamentara por años el haberse realizado la circuncisión.

A través de una entrevista para la BBC, la madre del fallecido contó que en 2017 su hijo le envió un correo electrónico donde explicaba las razones de su suicidio y la tormentosa vida que llevó durante los dos años posteriores al realizarse la operación.

 

En el mail, Alex narró que desde su adolescencia comenzó a sentir problemas en su miembro, pues el prepucio no se retraía sobre el glande, lo cual le causaba molestias.

 

En 2015 decidió acudir con un médico en Canadá, quien le recetó una pomada esteroide que presuntamente le ayudaría a estirar el prepucio, sin embargo el tratamiento no funcionó.

 

Expertos señalan que dicho problema puede causar dificultad y dolor a la hora de orinar y también durante las relaciones sexuales, y es cuando se debe optar por la circuncisión.

 

Por ello, tras no poder hacer nada más al respecto, a los 21 años, el joven se sometió a la cirugía para poder terminar con el problema.

 

Una vez circuncidado, Alex Hardy comenzó a tener molestias ya que ahora la cabeza de su pene era muy sensible al no estar cubierta por el prepucio.

 

Al respecto, entre sus últimas palabras el afectado dijo: “Estas constantes sensaciones estimuladas por la fricción de la ropa son una tortura en sí mismas, no han disminuido después de años de exposición”.

 

De acuerdo con especialistas, la sensibilidad en el área es una de las repercusiones de la cirugía, sin embargo, esta va reduciéndose con el paso del tiempo una vez que el hombre se adapta.

 

Pese a ello, Alex, después de dos años de haberse realizado la intervención quirúrgica pareció no acostumbrarse y no soportó más vivir con las molestias, por ello decidió quitarse la vida.

 

Antes de morir, Hardy dejó programado un correo electrónico dirigido a su madre donde le explicaba las razones de su suicidio, y donde aseguró que gracias a la cirugía su vida sexual se había arruinado.

 

Lesley Roberts, madre del fallecido, aclaró que su hijo era muy inteligente, amable, empático y popular, además de que nunca tuvo síntomas de presentar una enfermedad mental y tampoco comentó el problema con su prepucio, por ello tras recibir la noticia de su muerte, quedó muy sorprendida y no podía creerlo.

 

Con información de Debate

gac